Alhaurín de la Torre
La zanahoria silvestre es una planta muy común en nuestros caminos y campos, incluso dentro de las ciudades, en cunetas y solares abandonados.
Nos llamará la atención cuando sus grandes panículas de flores blancas sobresalgan de entre la hierba circundante. Y en medio de esas florecillas creeremos ver un insecto moverse al son del viento: es una única flor negra que la planta utiliza para llamar la atención de los verdaderos, que ayudarán en su polinización.
Tras esto, fructificará, y ese paraguas abierto que es la flor, cerrará sus varillas y poco a poco, se irá secando, hasta que los animales ayuden a esparcir sus semillas aquí y allá.
Al año siguiente, surgirá una roseta de hojas y, bajo el suelo, desarrollará una enorme raíz que, al segundo año, alimentará con fuerza el desarrollo de la flor.
La raíz de la planta es diurética y sus semillas aromatizantes, pero debemos tener cuidado de no confundirla con la cicuta, de flores muy parecidas.
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