Arilos y semillas
Árbol de vida y muerte, ancestral, mitológico. Una conífera única, un árbol en dos, dioico, que florece en primavera, normalmente, y muestra sus arilos de un rojo intenso al llegar el otoño.
Estos arilos, por cierto, son la única parte que no es venenosa, teniendo un sabor dulzón y una textura gelatinosa. Pero cuidado con tragarse la semilla, cargada de taxina, como sus hojas, un potente veneno utilizado en la antigüedad para ser suicida antes que esclavo.
De este tóxico se extrae el taxol, anticancerígeno muy utilizado en la actualidad para el tratamiento de esta enfermedad, como utilizadas fueron sus flexibles ramas para la elaboración de arcos o su madera rojiza y recia en ebanistería.
El tejo, extendido antaño por Europa, el oeste de Asia y el norte de África, hoy reducido a pequeños bosquetes en el mejor de los casos y las más de las veces disperso en zonas umbrías y frescas de nuestras montañas.
En Málaga, a pesar de que la sierra que alberga la máxima altitud de la provincia lleva nombre de bosque, la Tejeda, es un árbol muy escaso, encontrándose ejemplares aislados de pequeño porte, la mayoría, y algún viejo longevo que al abrazarlo sientes el latir de sus muchos años de vida.
Sª Tejeda - Alcaucín
Sª de las Nieves
Flores masculinas
