Si por algo son conocidas las Azores en España es por su famoso anticiclón que tanto afecta a nuestro clima, un anticiclón de sube y baja que condiciona con su posición la entrada de las borrascas atlánticas y las ansiadas lluvias a nuestro seco Sur.
El archipiélago de las Azores se encuentra en medio del Océano Atlántico, a unos 1.400 km de Portugal, sobre la dorsal atlántica, esa grieta que recorre todo el inmenso Océano y separa las placas euroasiática y africana de las placas americanas, de ahí su carácter volcánico. Está formado por nueve islas divididas en tres grupos geográficos: São Miguel y Santa María, al este; Graciosa, Terceira, Pico, São Jorge y Faial, en el centro y Flores y Corvo, al oeste.
En este viaje, visitamos tres de las islas centrales. Desde Málaga, vía aérea -con parada en Lisboa donde nos unimos al resto del grupo que venía desde Valencia- nos desplazamos hasta la isla de Faial y a su capital Horta, donde teníamos el alojamiento. Dos horas menos y un volcán al otro lado del mar -presente siempre- que a ratos asoma y, las más de las veces, se esconde recatado bajo una bufanda de nubes.
Faial
Estava esta ilha, logo que quando se achou, muito cheia de alto, fresco e grosso arvoredo de cedros, louros, ginjas, sanguinho, faias, pau branco e outras sortes de árvores; e em alguns lugares estavam espaços de serra cobertos somente de cedros e outros de louros, outros de ginjas, outros de sanguinhos e alguns de teixos, outros de pau branco e outros de faias, como foi o Faial, que tomou este nome das faias de que estava povoado”.
Gaspar Frutuoso "Saudades da Terra"
Mapa de Faial
La isla de Faial es la quinta isla más grande de las Azores Su capital es Horta
Se encuentra en el grupo central del Archipiélago y forma parte de las llamadas "islas del triángulo", junto con San Jorge y con la vecina isla de Pico separada por el Canal de Faial, un estrecho brazo de mar de unos 8 km de anchura. La isla tiene una extensión cercana a los 172 km², con 21 km de largo y una anchura máxima de 14 km. El punto de la isla más alto es e Cabeço Gordo, con una altura de 1043 m. Faial es conocida como la isla del azul, por la abundancia de hortensias.
Como otras islas de las Azores, Faial es de origen volcánico y está cerca de la línea divisoria entre las placas tectónicas de Europa y América del Norte. De hecho, la isla se puede considerar (desde una perspectiva geofísica), el punto más occidental de Europa (las dos islas al oeste de Faial, Corvo y Flores, ya están en la placa de América).
La isla produce quesos y otros productos lácteos, junto con la carne de vaca y cuenta con una rica gastronomía que incluye pescados y mariscos locales.
La primera ruta por la isla, un recorrido por la cordillera volcánica de la Península de Capelo, un sitio de interés geológico formado por cerca de 20 conos volcánicos. Iniciamos el recorrido en las cercanías del Cabeço Verde para terminar junto al faro del Volcán de Capelinhos, la última tierra emergida en las Azores.
El sendero atraviesa un bosque de laurisilva bien conservado, en general, aunque las especies invasoras acechan:
Flores de hortensia
Crocosmia, una invasora que encontraremos en muchos lugares de las Azores, ahora en plena floración
o el Hedychium gadnerianum, que ocupa buena parte del sotobosque
Un sendero muy arreglado discurre
entre una espesa arboleda
en la destacan enormes ejemplares de brezo -Erica azorica-
El Cabeço Verde
Woodwardia radicans - Prígida o helecho de cumbre
El sendero bordea por un lateral el Cabeço do Canto, aunque es difícil ver el cráter por lo espeso de la vegetación
El volcán de Capelinhos
en la bajada, al fondo
Contraste de colores
del verde de la laurisilva a gris de la roca volcánica
Al filo de lo posible
pues el resto está vetado a los pies del turista
Bajando del lateral del volcán
hacia el faro
El volcán de Capelinhos surgió como resultado de una erupción marina con periodos efusivos de emisión de lava y otros explosivos en el que los gases del volcán lanzaron con fuerza cenizas y rocas al aire. La erupción, que duró trece meses -desde septiembre del 1957 a octubre de 1958-, terminó uniendo el volcán submarino a tierra firme y permitió a la isla de Faial ganar 2,5 kilómetros cuadrados pero a costa de la pérdida en viviendas, terrenos agrícolas y modos de vida que llevaron a muchos habitantes de esta isla, y de las Azores en general, a la emigración forzosa, especialmente a los EE.UU. y Canadá.
La Punta de Capelinhos desde el faro
El faro durante la erupción
El mismo faro, que milagrosamente se salvó, en la actualidad. Debajo de él existe un centro de interpretación del volcán que se puede visitar.
Cerca del Faro de Capelinhos, se encuentran las piscinas naturales de Varadouro
donde entre negras y tortuosas lavas y algún manantial termal
algunos se la juegan con locas acrobacias
mientras otros se relajan en sus aguas que se presumen tranquilas y templadas
y no lo son tanto, ni lo uno ni lo otro
En el centro de la isla, se sitúa La Caldeira, un cráter formado hace unos 1000 años por el colapso de la parte central del antiguo volcán que dio lugar a la isla de Faial. En sus laderas todavía podemos ver buena parte de la flora endémica de la isla, aunque especies invasoras como las hortensias van ocupando cada vez más terreno en este paraje natural.
Con un diámetro de 2 km, existe un sendero de unos 7 kilómetros que recorre toda su corona
Las laderas ocupadas por miles de hortensias. Al fondo, Horta y la isla de Pico.
Hypericum foliosum - Malfurada, endemismo de las Azores
Panorámica de todo el perímetro de La Caldeira
Lotus pedunculatus - Erva coelheira
Caminando por su borde
Pequeño cráter en el interior de la caldera
Bellas flores de hortensia
que todo lo invaden
En su interior existía una laguna que desapareció en 1958 tras varios terremotos asociados a la erupción del volcán de Capelinhos.
Juniperus brevifolia, otro endemismo azoriano
Hoy en día, se puede recorrer libremente el sendero que rodea la caldera por su borde
Para acceder a su interior hay que pedir un permiso especial que se concede a pocas personas, siempre acompañadas por un guía profesional
Tolpis azorica - Leituga dos Açores, endemismo de estas islas
La Rocha do Altar, en un lateral de la Caldeira
Potentilla anglica
Descendiendo del Cabeço Gordo, que con 1043 m es la cumbre más alta de Faial
Fagopyrum dibotrys
En la ciudad de Horta ( con unos 13.000 habitantes aprox.) podemos visitar diversos monumentos y lugares.
Este edificio alberga también la Igreja de El Salvador , lugar que con atención mira este político faialense del s.XIX, el Duque d'Âvila e Bolama.
Y en la parte más alta de Horta, vigilando la ciudad, la Igreja do Carmo, la primera iglesia carmelita portuguesa construida en las islas. En ella, podemos visitar el Museu de Arte Sacra.
El puerto de Horta, uno de los puertos deportivos más importantes del mundo, escala en las travesías a lo largo del Atlántico
para cruceros, veleros y otros como este, el Sea Cloud Spirit, un velero-crucero de lujo, el segundo más grande del mundo, construido en Vigo, y en el que disfrutar de unas pequeñas vacaciones al módico precio de unos 1000 € diarios.
Horta desde el mar
Al sur de Horta y pegada a ella, se encuentra la bahía de Porto Pim, abrigada y protegida de los vientos y donde se encuentra una de las escasas playas de arena de la isla
Justo al lado de Porto Pim, el Monte da Guía nos da para un paseo vespertino
y nos permite admirar una de las mejores vistas hacia Horta
y hacia la Caldeira do Inferno, un antiguo cráter ocupado por las aguas del mar
Porto Pim y Horta
Caldeira do Inferno con la Isla de Pico al fondo
Persea indica - Viñátigo
El muelle de Horta, donde cientos de pinturas murales hechas por los propietarios de veleros de todo el mundo nos recuerdan que por aquí pasaron
El último día en Azores, antes de poner rumbo de nuevo a Lisboa, tuvimos la mañana libre. Horta ya la conocíamos, así que decidimos visitar el Jardín Botánico de Faial, en las afueras de la ciudad, a unos cinco kilómetros escasos, en la localidad de Flamengos, cuyo nombre recuerda a los numerosos emigrantes flamencos que poblaron estas islas tras su descubrimiento.
Por una red de pequeños senderos
podemos hacer un recorrido por las especies más emblemáticas de estas islas
disfrutar de vistas hacia los campos y montañas de alrededor
y visitar un pequeño orquidario que se encuentra en su interior
con bromelias
y curiosas especies de orquídeas
de todo el mundo
Otro de los rincones del Jardín Botánico
Jardín Florencio Terra
donde destaca un impresionante drago
Junto al jardín, la Torre del Reloj
La infinita piscina del hotel, siempre con Pico al fondo, dejándose ver o escondiéndose tras las nubes
Pico
"Após um fortíssimo abalo de terra, um estampido medonho faz-se ouvir nas três ilhas de Faial, Pico e S. Jorge."
Foi assim que relatóu o pároco Nuno da Rosa sobre o que ocorreu na madrugada de 1 de fevereiro de 1718: uma erupção vulcânica entre as Bandeiras e Santa Luzia, surgindo torrentes de lava que rapidamente formaram um extenso "mistério" (o Mistério de Santa Luzia) que penetrou mar adentro. Esta erupção foi tão impressionante que também assustou fortemente os habitantes da vizinha ilha do Faial, pois para eles gerou-se uma "espantosa trovoada que encheu de terror os hortenses".
La isla de Pico, con 444,8 km² es la segunda más grande del archipiélago después de la isla San Miguel. Es una isla alargada en la que destaca el volcán que le da nombre, volcán de Pico, que con 2351 metros es la cumbre más alta de Portugal.
Tiene una población de unos 16 000 hab., agrupados en tres localidades: Madalena, Sao Roque do Pico y Lages do Pico.
La isla está situada a 17,5 km al sur de Sao Jorge y solo a 7 km al este de Faial, en el grupo central de islas, una zona que se conoce coloquialmente como O Triângulo (El Triángulo). Pico tiene 46 kilómetros de largo, y en su mayor medida unos 16 kilómetros de ancho. A lo largo de la llanura central se extienden conos de volcanes.
La isla tuvo una importante industria ballenera hasta 1980. Hoy en día, vive del turismo, la construcción naval y la producción de vino. El paisaje vitícola de la isla de Pico fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 2004.
Además del vino, se produce un famoso queso con denominación de origen, o Queijo do Pico.
Desde Horta, en media hora, un ferry nos traslada a Madalena, capital de la isla de Pico, la del volcán perfecto.
y su iglesia es la primera imagen que nos llega justo antes de desembarcar pues se encuentra a escasos doscientos metros del muelle
Lo más característico de la isla es, sin duda, su imponente volcán. Mires hacia donde mires, estés donde estés, siempre aparece... o no, pues con mucha frecuencia son las nubes las que ocultan su destacada silueta.
Horta con las últimas luces del día desde Porto Areia Larga, en un extremo de Madalena, después de salir de uno de los muchos restaurantes de pescado que tiene esta pequeña ciudad, quizá lo mejor de ella, aunque las horas de la cena -las siete- no vayan muy acompasadas con nuestras costumbres y el ritmo isleño se muestre tremendamente lento -hasta tres horas para cenar- lo que da, eso sí, para charlas largas y tendidas.
Ilhéu em pé
Nuestra primera salida en la isla de Pico: una ruta cerca de San Roque de Pico recorriendo un sendero paralelo a la orilla del mar por una zona de lavas conocida como Misterios.
Entre viejos muros de lava nos acercamos al mar
donde la lava muestra la huella de su movimiento
Paisagem da cultura da vinha da Ilha do Pico, declarado bien protegido por la Unesco en 2004. Este paisaje muestra cómo el ser humano ha sabido sobreponerse a las adversidades de la naturaleza y cultivar un producto. Protegidas por currais -muros de piedras negra- las viñas crecen ajenas al viento cargado de la humedad salada del mar.
Arquitectura popular
El mar nos recibe
agitado y bravo
Un terreno complicado para caminar
donde dejarse la suela de la bota es fácil
Os Mistérios, grandes áreas de lava agrietada y oscura donde el movimiento de las coladas ha quedado plasmado con formas que a las gentes del lugar le parecieron extrañas y poco comprensibles, de ahí el nombre popular.
La erupción de 1562 causó un flujo de lava hacia el norte que dio lugar a la formación de la Ponta do Mistério, cerca de Sao Roque.
Lava en movimiento petrificado
300 años de historia de una costa; ayer mismo en tiempos geológicos
Lo miramos y pensamos ¡qué relajada vida la del cangrejo: sol y baños de agua salada! No pensamos en su vida siempre al borde de la muerte, huyendo del peligro de morenas, pulpos y algún que otro humano
Y tras el paseo por esta recortada costa
un baño en una de estas piscinas "naturales" tan comunes en las Azores a falta de playas de arena
Una parada en la quebrada costa en O Cachorro
Claveles de aire en las paredes de una casa azoriana de muros de piedra basáltica
En el segundo día en la isla, mientras unos fueron en busca de las ballenas, otros nos fuimos a recorrer la costa más al este de Pico.
Porto do Calhau
Araujia sericifera
Andando entre lavas camino da Ponta da Ilha
La costa mira al mar
Un suelo abrasivo y una suela que abandona su bota en el peor momento
La vida se abre paso en la aridez de un mundo de roca, sol y sal
La erosión nos regala formas diversas
Silene uniflora, endemismo de las Azores
La colorida y recortada costa este de Pico
con Sao Jorge al fondo
Asoma el faro da Ponta da Ilha
Junto al mar
grutas, acantilados y pequeñas playas de cantos rodados
Faro de Ponta da Ilha, en la punta este de Pico
Un pequeño sendero nos acerca
a este elefante de piedra que quiere beberse el mar
Azorina vidalii, una campanulácea exclusiva de las Azores que vive siempre cerca del mar, entre las rocas basálticas.
En São Roque do Pico visitamos el Museu da Industria Baleeira, una antigua fábrica donde se procesaban las ballenas cazadas en estas aguas para obtener con ellas distintos productos. Por suerte, este ancestral oficio fue abandonado y hoy solo persiguen a las ballenas que surcan estas costas los cazadores fotográficos.
Como bien indica el letrero, de ellas obtenían diversos productos: desde grasas a harinas, pasando por abonos y muchos otros. Como del cerdo, todo se aprovechaba.
Mandíbula inferior
Una foto antigua de la misma fábrica donde se observa a varios trabajadores despiezando una ballena
Bidones donde se procesaba la grasa
Monumento dedicado a los baleeiros de Pico con el volcán de fondo
El día más esperado en Pico: la subida al volcán. En ese desayuno improvisado a deshoras - las cinco de la mañana- los ojos dan cuenta del sueño y la ilusión, a partes iguales.Al salir a la calle para coger el minibús que nos lleve a la Casa da Montanha, a 1200 metros de altitud, punto de partida para la subida, miramos el cielo: parece que las nubes se han quedado dormidas y no aparecen por el horizonte. ¿Será así durante todo el día o saldrán de no se sabe dónde a velar, como casi siempre, esta montaña perfecta?
Amanece, y la sombra de volcán de Pico se alarga más allá de Faial
Vamos subiendo al igual que el sol, regalándonos visitas y luces cambiantes
Una parada y una mirada a Faial
Cráter Cabeço Gordo
Un mar de pequeños cráteres y otro que separa Faial y Pico
Subida
Para alcanzar la cima del volcán, hay que pasar previamente por la Casa da Montanha, a 1200 m, pagar las tasas de acceso (unos 25€) y, a partir de aquí, seguir un empinado y marcado sendero que nos subirá hasta el Piquinho, a 2352 m. Mil ciento y pico metros para subir a Pico en apenas cuatro kilómetros.
Siluetas entre el océano y el cielo
Una pequeña parada
y de nuevo para arriba
El sol va iluminando toda la montaña y Faial se dibuja cada vez más nítida
Calluna vulgaris - Brezo
El Piquinho
Por encima de los dos mil metros, se extiende un enorme cráter de paisaje lunar. Sobre él, y como resultado de una erupción posterior, emergió este pequeño pico que culmina, como guinda, este volcán perfecto.
La subida, aparentemente difícil, se hace por un lateral, entre pequeñas fumarolas con aroma azufrado,
pero con ayuda de las manos se consigue sin apenas dificultad
Desde la ladera
el cráter y la subida
Desde la cima...
pequeños conos jalonan el este de la isla
São Jorge, al norte
y yo
Tras São Jorge, asoma Graciosa
Panorámica del cráter desde el Piquinho
La bajada
más o menos en fila
El este de la isla
desde una repisa que hace de mirador
Si larga fue la corta subida en kilómetros
más larga se hizo la bajada
Alguno queda atrás
el caminar pausado y alerta
por un sendero lleno de grava volcánica
en el que hubo más de un resbalón y alguna caída
Oteando el paisaje y el discurrir del grupo
Cabeço das Cabras
Algunas nubes van llegando
pero aún se mantienen en las partes bajas de la isla
permitiendo observar la larga fila
que irremediablemente se acerca
al final del camino, donde una chimenea lateral nos regala una última parada
Vaccinium cylindraceum - Uva da serra, endemismo de las Azores
La Montanha do Pico desde el inicio del sendero
São Jorge
Os grilos em São Jorge são bons companheiros
das noites: cantam e vão connosco
pela Ilha fora, anunciando
nas manhãs nocturnas
as passadas ganhas na caminhada!
Carlos Faria
São Jorge tiene 53 km de largo y 8 km de ancho, siendo su superficie total de 237,59 km² con una población de unos 9.000 habitantes. Políticamente está dividida en dos municipios: el de Velas y el de Calheta.
La isla está atravesada por una cordillera montañosa que alcanza una altura máxima de 1053 metros, en el pico de la Esperanza. La isla tiene 55 km de largo desde la Ponta dos Rosais hasta el islote Topo y una anchura máxima entre Fajã das Pontas y Portinho da Calheta de aproximadamente 7 km.
Quizás lo más característico de la isla de São Jorge sean las fajãs, pequeñas planicies que se originaron debido al corrimiento de tierras o de lava. En esta isla hay más de 40, por eso muchas veces se la llama isla de las fajãs. En algunos casos solo se puede acceder a ellas a pie, motivo por el cual los senderos son una de las mejores formas de descubrirlas.
Mapa de São Jorge
Velas desde la Ponta da Queimada
Panorámica de Velas, capital de la isla, con apenas 6.000 habitantes y a la que llegan los ferrys desde la Isla de Pico
Um velho moinho
Tradicionales molinos que aprovechaban la fuerza del viento para moler el cereal y obtener así la harina con la que elaborar el pan. Estos molinos se extiende por casi todas las islas, pero es en Graciosa donde mayores esfuerzos se han hecho por conservarlos.
Ayer las posiciones estaban cambiadas
Phytolacca americana - Hierba carmín, tintureira
Desde nuestros apartamentos, junto al mar y con vistas a Pico
Puerto de Velas
El morro de la derecha desde el mirador
Bahía de Entre-morros
Morro Grande
Una foto para el recuerdo
Si una imagen nos queda del viaje, podría ser la Montanha do Pico desde casi cualquier lugar
Fajã de João Dias
Partimos de las alturas
con Pico atrás
Esas casas que asoman allá abajo
son nuestro destino
Hasta hace apenas un par de años, la única forma de acceder a la Fajã de João Dias era a pie por el camino que nos disponemos a hacer. Hoy en día, se ha habilitado un carril para el acceso con 4x4 y quads locales que llega hasta las escasas casas de esta fajana.
Lysimachia azorica - Endemismo
El camino desciende
bajo la arboleda
en continuas eses
Son apenas cinco kilómetros
que se recorren fácilmente y sin calor
bajo la cubierta vegetal
Un claro que deja ver la acantilada y verde costa norte
Las casas a nuestros pies
En un lateral, una playa de cantos rodados que supusieron un pequeño martirio y reto a la hora de entrar y salir del agua
Myosotis maritima - Endemismo
Texturas y colores
Azorina vidalii - Vidália, endemismo azoriano
La playa de la Fajã de João Dias
El camino es de ida y vuelta
por lo que toca subir
sin descanso
pero con agua
todo lo que hemos bajado
para alcanzar
en hora y media larga
las alturas de donde partimos
Allí nos esperan estos
y estas
(No está mal para el primer día por São Jorge)
Fajã de Santo Cristo
Bajamos hoy a la que quizás es la fajana más famosa de la isla de São Jorge, la Fajã de Santo Cristo, en la costa norte, conocida entre otras cosas por unas sabrosas y grandes almejas que se crían en su laguna de agua semisalada, únicas en estas islas.
Iniciamos la ruta en la parte más alta de la Sª do Topo. La niebla cubre la zona y el frío nos da la bienvenida y una torta nada más bajar del autobús. Búsqueda en las mochilas de algo que ponerse y hacia abajo, entre campos cubiertos de exuberantes hortensias.
Las nubes van quedando arriba y el mar asoma
En esta zona, fría y húmeda, cubierta muchos días de espesa niebla, aparecen turberas cubiertas de musgo Sphagnum, extraño por su color y forma y sorprendente por lo mullido y la cantidad de agua que es capaz de absorber.
Adelantamiento sin frío aparente
Mentha pulegium - Hortela pimenta-mansa
Detalle de un musgo
Hydrandea macrophylla - Hortensia
Conforme vamos bajando y acercándonos al mar, el sol parece querer abrirse paso entre las nubes
Lythrum junceum - Salgueirinha
El camino, hasta ahora despejado y con buenas vistas,
se va internando en una espesa laurisilva ocupada en su sotobosque por la invasora Hedychium gardnerianum, el bananillo
El océano entre verdes
Estas hortensias, al fondo del barranco, mantienen aún el azul
Cascada junto al camino
Volvemos al camino bajo la sombra
de laureles y brezos arbóreos
y de nuevo el bananillo, tan bello como invasivo y dañino para la flora autóctona.
Esta planta, originaria del Himalaya, ha invadido prácticamente todas las Azores, Madeira y, en la Península, la encontramos en las costas de la mitad norte de Portugal, en Galicia y en la Cornisa Cantábrica. Es una planta que, ya establecida, es muy difícil de erradicar, ya que se expande rápidamente a través de sus rizomas y semillas, ocupando todo el terreno y desplazando a otras plantas. Solo por medios mecánicos, arrancando y destruyendo los rizomas, se pueden eliminar, cosa nada fácil cuando ocupan laderas enteras en estas islas de pendientes imposibles.
Lysimachia azorica
Vista casi aérea de la Fajã de Santo Cristo, con su famosa laguna
Aún debajo de los árboles se empieza a notar la cercanía del mar: más calor
y el ruido de fondo de las olas rompiendo y modelando la lava milenaria
La Ermita do Sto. Cristo con la característica combinación de piedra de lava negra y blanca cal
Teira dugesii - Lagartija de Madeira
Vista panorámica de la laguna de la Fajã de Sto. Cristo
En dirección a la pequeña Fajã de Belo
Lophospermum erubescens
Canna indica
A falta de carretera que una estas fajãs, la pista es utilizada por lugareños con sus quads que, entre otras cosas, transportan turistas con pocas ganas de andar, dejando una estela de polvo poco agradable.
Hedychium gardnerianum - Roca da velha, bananilha
Asoma la Fajã dos Cubres, también con su laguna
Mientras esperamos al minibús que nos recoja y nos lleve de vuelta, una gallina con sus pollos corretea entre caminantes y turistas en busca de sustento. Un trozo de pan hace las delicias de pollos, móviles y cámaras fotográficas
Desde la Fajã dos Cubres, una mirada al mar
y otra al interior
Y desde un mirador en las alturas de la carretera de vuelta, la impresionante vista de la costa norte de São Jorge, con sus fajãs y lagunas y esas laderas verdes que caen a pico sobre el mar.
Las fajãs son pequeñas planicies de tierra y roca que se adentran en el mar, al pie de acantilados de más de 600 m de altura. Su origen se debe principalmente, en el caso de esta isla, a desprendimientos de rocas de los acantilados que el mar ha ido aplanando y acumulando, dando lugar a esas lagunas tan características del paisaje de São Jorge. En otros casos, su formación se debe a erupciones volcánicas cuyas coladas de lava se han adentrado en el mar, ampliando la superficie de la isla, como la que se formó en La Palma hace escasamente tres años.
Desde la Fajã de São Joao a la Fajã dos Vimes:
Ermita de São Joao, donde iniciamos el recorrido
Esta fajana, en la cara sur de la isla, está ocupada por unas cuantas casas, más o menos dispersas, con sus pequeñas parcelas donde se cultivan desde ñames a naranjas, maíz, girasoles o las más diversas hortalizas.
Dracena drago en las inclinadas laderas que caen al mar
Colocasia sculenta - Ñame
Girasol con corazón
Entre cultivos al borde del mar y el monte ocupado por la laurisilva
Una típica casa azoriana
Drago al borde del camino
La costa sur presenta las mismas características que la del norte: vertiginosos acantilados ocupados por una espesa laurisilva que caen a pico sobre el mar con pequeñas fajas y rincones donde se agrupa la escasa población de estos lares.
Araujia sericifera
Oenothera stricta - Erva dos burros direita
Vamos dejando las zonas más despejadas
para introducirnos es la espesura del bosque
por el que discurre el camino
Las crytomerias -sugi- ocupan buena parte de las zonas boscosas de las Azores. Esta conífera endémica de Japón fue introducida en este archipiélago para su explotación maderera. Hoy en día se ha naturalizado y forma parte, en un lugar destacado, de la larga lista de especies invasoras que amenazan la vulnerable flora de estas islas.
Musgo hepática
El verde que todo lo ocupa en uno de los barrancos que cruzamos
Crocosmia
Fuchsia magellanica
Si las almas existen, un buen lugar donde descansar
La parte alta de la isla, por Lourais,
mucho más llana y desforestada, ocupada por praderas donde pastan las vacas del famoso queso de São Jorge
El Queijo São Jorge es el queso más conocido de los muchos que se producen en estas islas -y quizás el único que encontramos en algunos comercios de España-. Es un queso elaborado con la leche de las vacas que pastan en esta alargada isla - hay más vacas que habitantes-.
El queso debe de tener una curación mínima de tres meses, aunque lo podemos encontrar con hasta 36 meses de curación. Su sabor es intenso y un poco picante: una delicia para los paladares.
Su origen lo encontramos en la comunidad flamenca que llegó a la isla tras la ocupación portuguesa, de ahí quizás ese recuerdo que este queso me trae al gouda holandés, al intenso y sabroso gouda viejo.
Si se quiere ver como se fabrica este queso, en Beira -el pueblo de las fiestas del toro de cuerda- se puede visitar una fábrica en el que nos enseñarán todos los pasos de su proceso de producción.
Por las alturas de Lourais
Es curioso y lógico que los pueblos se asienten junto al mar, en las pocas zonas accesibles y medio llanas que hay, y en las alturas donde, en vez de escabrosos picos, encontramos un terreno alomado y verde, con praderas donde pasta el ganado vacuno en fincas rodeadas de enormes macizos de hortensias.
Aunque invasora, ¡qué diferencia entre el alambre de espino y la hortensia para delimitar fincas!
Tras un pequeño chaparrón que vuelve el camino algo resbaladizo
nos internamos de nuevo en el bosque
de laurisilva
Un sendero que baja en constantes zigzags
siempre a la sombra
de espesos árboles
que no dejan pasar ni al sol
Un enorme brezo arbóreo en posición casi horizontal
Un claro que deja ver el bosque
que ocultan los árboles
Fuchsia boliviana
Campos de maíz en Fajã dos Vimes
Teira dugesii - Lagartija de Madeira
Originaria de esta isla de la Macaronesia, fue introducida en las Azores en el s.XIX y hoy es el único reptil terrestre que podemos encontrar en estas islas. Se ven entre las rocas o en muros, mayormente cerca de zonas costeras, donde son abundantes y se muestran bastante confiadas.
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