viernes, 28 de abril de 2023

Iris lutescens

               Sª de Camarolos - Vva. del Rosario

Parecido a los lirios cultivados en muchos jardines -Iris germanica- pero de mucho menor tamaño, nos sorprende por su intenso color morado y por los lugares donde aparece: entre las rocas calizas, al sol,  en la poca tierra que se forma entre las grietas de los lapiaces.

Allí, al mediar la primavera, y tras brotar de su rizoma un ramillete de hojas verdes erguidas como espadas, aparecerán sus flores para poner una nota de color entre los verdes de la hierba y los grises de la piedra.

Este lirio del campo lo podemos encontrar por toda la cuenca mediterránea sin que sea especialmente abundante aunque tampoco escaso. En Málaga lo encontraremos en muchas de nuestras sierras, especialmente aquellas que forman lo que se conoce como Arco Calizo Central siendo más abundante, como es lógico, en aquellos años en los que durante el invierno la lluvia se ha mostrado más generosa.

martes, 25 de abril de 2023

Genista umbellata

                                                                                 Yunquera

Circulando por las carreteras de la provincia o andando por sus caminos, llegada la primavera, podemos sorprendernos con unas matas redondeadas que visten de dorado nuestros campos y sierras: se trata de la bolina.
Este arbusto, cuyo nombre hace referencia a su aspecto redondeado, en forma de bola, tiene en Málaga el centro de su área de distribución, que se reduce a la mitad sur de la Península y el Magreb.
Amante de los suelos secos y las laderas soleadas, este endemismo ibero-magrebí se ha utilizado para la elaboración de escobas así como para encender hornos y caleras, dada su abundancia y su facilidad para arder. Hoy en día, por suerte para la planta y para los que nos gusta disfrutar de su intenso color, estos usos están olvidados. 
Este año, con la sequía, su floración ha sido efímera -apenas unas semanas-. Esperemos que la lluvia retorne y volvamos a ver en abril la bolina pintar los campos de vivo amarillo, y no del pajizo de la hierba agostada por la falta de agua y el exceso de sol.