Yunquera
Circulando por las carreteras de la provincia o andando por sus caminos, llegada la primavera, podemos sorprendernos con unas matas redondeadas que visten de dorado nuestros campos y sierras: se trata de la bolina.
Este arbusto, cuyo nombre hace referencia a su aspecto redondeado, en forma de bola, tiene en Málaga el centro de su área de distribución, que se reduce a la mitad sur de la Península y el Magreb.
Amante de los suelos secos y las laderas soleadas, este endemismo ibero-magrebí se ha utilizado para la elaboración de escobas así como para encender hornos y caleras, dada su abundancia y su facilidad para arder. Hoy en día, por suerte para la planta y para los que nos gusta disfrutar de su intenso color, estos usos están olvidados.
Este año, con la sequía, su floración ha sido efímera -apenas unas semanas-. Esperemos que la lluvia retorne y volvamos a ver en abril la bolina pintar los campos de vivo amarillo, y no del pajizo de la hierba agostada por la falta de agua y el exceso de sol.
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