Recuerdo de muy niño la ilusión que me hacía ver un “abuelito”
volando, los vilanos que el viento transporta con las semillas de este cardo y
de otros más comunes.
Esta planta de tallos rectos y hojas con pelos rígidos y
espinosos –strigosus-, brota de la raíz del año anterior. A finales de
primavera o principios de verano aparecerán los capítulos florales en el
extremo de los tallos, formando una esfera casi perfecta de color verde y
morado. Esa bola pinchuda es la que le da nombre al género – Echinops- , es
decir, parecido a un erizo.
El cardo yesero habita en cunetas, bordes de camino o en los taludes de campos de cultivo, en suelos calizos, margosos o arcillosos y es planta endémica del centro, sur y oeste de la Península Ibérica y del Magreb.
Aunque actualmente no tiene ninguna aplicación medicinal, hace tiempo la infusión de sus flores se utilizaba para problemas musculares y como diurético.
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