Llegó de México ya hace algunos años ¿para quedarse?
La espumilla hoy está presente en Málaga, Granada, Islas
Canarias y otras partes del mundo donde su gran capacidad invasiva y su difícil
erradicación hacen que cada vez sea más frecuente verla. Como buena
conquistadora, no distingue suelos, la altitud no es un problema para ella y la
salinidad del sustrato tampoco parece hacerle mella. Solo tiene un límite: necesita
temperaturas templadas y una cierta humedad en el suelo, por lo que aquí la
podemos ver en los barrancos de la Almijara, cerca de la costa, al borde de
ríos y acequias, donde ambas circunstancias se dan a lo largo de todo el año.
Aprovechando estas óptimas condiciones es capaz de florecer
prácticamente en cualquier época, aunque es más frecuente ver sus capítulos blancos a finales de
primavera y comienzos del verano.
Es una planta, como otras de su género, muy tóxica, ya que
contiene en su composición tremetol, una sustancia que, ramoneadas las hojas por los herbívoros, pasa a la leche y la carne de estos, y al ser
consumidos por el ser humano les produce una intoxicación conocida como
“enfermedad de la leche”, con fuerte dolor abdominal, vómitos y temblor. Como
curiosidad, la madre de Abraham Lincoln murió de esta enfermedad.
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