jueves, 13 de noviembre de 2025

Por el Tirol austriaco: valles de Ötztal, Innsbruck y Stubai - Finales de julio 2025

El Tirol es una de las regiones con más personalidad de Europa Central. Enclavada en plenos Alpes, hoy se encuentra dividida entre dos estados: Austria (NordTirol y OstTirol) e Italia (SudTirol).


Sus orígenes, como en tantas otras zonas del mundo, se remontan a la Prehistoria, como lo atestiguan los numerosos restos localizados, entre ellos los de la famosa momia bautizada como Ötzi, encontrada casi intacta en la parte más alta del Valle de Ötztal. 
Ocupada con posterioridad y sucesivamente por romanos, godos y lombardos, pasaría en el S.VIII a formar parte del Sacro Imperio Romano con Carlomagno. Durante cientos de años, los Meinhardiner controlarían la región desde el Castillo Tirol, de donde proviene el nombre de todo el territorio. Extinguida esta familia en el s.XIV, los Habsburgo se harían con el poder en la región, formando parte del Imperio austrohúngaro hasta el final de la Primera Guerra Mundial, cuando, en 1919, tras el Tratado de Saint Germain-en-Laye, el Tirol quedaría repartido entre la naciente República de Austria y el joven y reunificado Reino de Italia.

Valle de Ötztal

Según cuenta una leyenda tirolesa, las gentes de este valle hicieron cola dos veces ante dios cuando este andaba repartiendo belleza por el mundo. Y es que son muchas las maravillas de este rincón alpino que se extiende 65 km hacia el sur desde su confluencia con el río Inn, no muy lejos de la ciudad de Innsbruck, capital del Tirol, hasta la frontera italiana.
En este valle de superlativos se encuentra la montaña más alta de la región y la segunda de Austria, el Wildspitze, la mayor estación de esquí glaciar de los Alpes Orientales, el pueblo a mayor altitud de Austria, Obergurgl, y la cascada más alta del Tirol, las Stuibenfalls.
Lagos de aguas heladas y transparentes, más de 250 montañas con alturas superiores a los 3.000 metros, 86 glaciares y más de 1.300 kilómetros de senderos señalizados.
Crestas imposibles, prados alpinos, bosques inmensos...
Un paraíso para todo aquel que ama la naturaleza. Folleto turístico dixit.

Mi impresión, sin negar lo que aquí se afirma, sin quitar mérito y belleza, es que sobran pistas de esquís, estructuras metálicas para bicis de montaña y caminantes, remontes, telesillas, telecabinas, asfalto, construcciones poco acordes con el entorno y poca diversidad en cuanto a flora y fauna. Eso sí, verde todo el que se quiera y más.
Quizá también, como ocurre en otros muchos lugares, los rincones más bellos se esconden allá donde pocos llegan. Quizá faltó tiempo cronológico y sobró del meteorológico más adverso. Como alguien del grupo dijo, la lluvia es el precio a pagar por verlo todo verde.


Día 1:  Fuengirola-Solden


Sábado. Hace calor en Fuengirola. El terral calienta la madrugada (26ºC ) cuando tomamos el cercanías hasta Málaga y el AVE hasta Madrid-Atocha. De aquí a Barajas, donde nos encontramos con el grupo de Montañas del Mundo: presentaciones, saludos y alegría por el reencuentro con varias personas conocidas de viajes pasados.
Vuelo a Munich y al recoger las maletas, primer contratiempo, el equipaje de una persona del grupo no aparece: espera, reclamaciones y un autobús que sale casi anocheciendo rumbo a Solden, en el centro del Valle de Ötztal. Tres horas de camino y una parada en la frontera -hoy en día difusa, permeable, una línea imperceptible que no tiene ni cambio de idioma ni moneda distinta. Llueve, apenas 14ºC. Todos bajan a la fría tienda de una gasolinera menos yo. Le doy a Tere la chaqueta que me protege del frío. Me quedo acurrucado en un rincón del autobús.
De nuevo en marcha. Llueve a ratos. Se suceden pueblos y un río caudaloso que se intuye en la oscuridad. 
Pasada la medianoche nuestro hotel asoma. Trámites rápidos y cada mochuelo a su olivo. Es domingo.

Día 2: Umhausen - Niederthai - Stuibenfall

Tras un opíparo desayuno buffet en el hotel -tenemos media pensión-, con los bártulos ya preparados, nos entregan una tarjeta personalizada que nos va a permitir movernos libremente por el Valle de Ötztal en autobús, telecabina y telesilla, que de todo habrá.


La parada del bus la tenemos justo enfrente del hotel
 
Desde aquí, dirección norte, bajando el valle, hasta Umhausen, donde dejamos las ruedas y cogemos nuestras piernas.

Las peculiares iglesias austriacas, con fachadas con pinturas murales en muchos casos. 

No había leído nada de la religión del país y me sorprendió que estando tan cerca de Alemania y siendo "alemanes" de lengua y cultura, fuera la religión católica la mayoritaria -con amplia diferencia- en el país y muy presente en todos los pueblos y caminos.

Una de las muchas ermitas, oratorios y cruces que se encuentran por los caminos del Tirol


Viniendo del tórrido verano del sur y el levante español, el verde de los prados atraía nuestras miradas.

Pronto dejamos los campos para internarnos en un bosque de abetos y alerces donde alguna florecilla había:

Orquídea epipactis

Campánulas

Desde un hueco en las alturas, el fondo del valle

Cirsium arvense - Cardo rastrero

Sambucus racemosa - Saúco rojo

Una constante en estos encajonados valles tiroleses: pueblos en el fondo, espesos bosques en las laderas y cumbres de roca e hielo en las zonas más altas.

Nos asomamos al río que baja de Niederthai

Cruzando un puente junto a una casa convertida en restaurante

Por un camino junto al río Horlachbach donde cientos de epilobios jalonan con sus rosas las orillas

Una inmensa ladera-pradera

Cerca del pequeño pueblo de Niederthai, donde paramos para reagruparnos y dar un pequeño paseo por sus calles casi inexistentes: una casa aquí, otra allá, su pequeña y bonita iglesia

 y un molino junto al río con su noria en funcionamiento.

De vuelta, nos internamos en el bosque por un sendero que junto al río Horlachbach

nos va a dejar en el inicio de la famosa Cascada de Stuibenfall

donde un grupo de personas -algunos niños de no más de siete u ocho años- cruzan las tumultuosas aguas por una vía ferrata

En esta parte alta, el agua se despeña formando pequeñas cascadas

atravesando un puente natural sobre el río

Después,

700 escalones metálicos nos irán bajando por el lateral del salto principal

con miradores en los distintos tramos

y florecillas -Achillea millefolium (Milenrama)

y mariposas -Nacarada-

-Aglais io - Mariposa pavo real

En algunos miradores, acercarse es darse una ducha

Vistas de la cascada hacia el valle

La cascada de Stuibenfall es, con sus 159 metros de altura, la más alta del Tirol

Epilobium angustifolium junto al río

Symphytum officinale - Consuelda, planta medicinal para el tratamiento de heridas, escoceduras y para la rotura de huesos.

Donde el río pierde su verticalidad comienza la vía ferrata

se adentra en el bosque

y surge de él una acequia que alimentará cientos de metros más adelante una especie de parque recreativo con zona de baños, un pequeño museo dedicado a la momia Ötzi y un centro de cría y exhibición de rapaces.

Impatiens noli-tangere - No me toques, pues mis frutos estallarán esparciendo mis semillas por doquier


El saúco rojo es una planta extendida por toda Europa pero que en la Península Ibérica solo se encuentra en el norte. Sus bayas rojas resultan muy atractivas cuando resaltan en verano entre el verde de sus hojas, pero hay que tener cuidado con ellas ya que, aunque en muchos lugares se utiliza la planta por sus efectos diuréticos, sedantes y laxantes, las bayas frescas resultan especialmente tóxicas.

Durante la exhibición de aves rapaces, de poco nos enteramos. El alemán no es precisamente fácil de comprender a bote pronto y nuestro "dominio" del idioma teutón no iba más allá de danke, bitte o un guten morgen matutino.

Pero fue entretenido ver las acrobacias aéreas de estas aves

su vuelo pausado

y su discurrir sobre nuestras cabezas, cerca, demasiado cerca

Echamos también un rato ameno en el pequeño museo dedicado a la momia Ötzi, encontrada en la parte alta de este valle a finales del s.XX.


Este cuerpo momificado conocido como el "Hombre de Hielo" data de hace unos 5.300 años, en la Edad del Cobre. Fue encontrado en 1991 a 3.200 metros de altitud por un grupo de alpinistas alemanes en la zona del Tisenjoch, cerca del pueblo de Vent, en la frontera austro-italiana.
En un principio fue llevado a Innsbruck, donde se estudiaron sus restos y pertenencias que se encontraron con él, para posteriormente ser trasladado a Bolzano, capital del Tirol del Sur, en Italia, donde se encuentra en la actualidad, ya que estudios satelitales establecieron que Ötzi fue localizado en territorio italiano, a apenas 100 metros de la frontera de Austria.
Como curiosidad decir que cuando murió tendría alrededor de 45 años, pesaba unos 50 kg y tenía el cuerpo lleno de tatuajes. Padecía artrosis, tenía parásitos intestinales y le habían picado garrapatas, pues tenía anticuerpos de la enfermedad de Lyme.
La causa de su muerte fue una punta de flecha alojada en su pulmón, lo que lleva a pensar que, dado que se encontró sangre de otras personas en sus ropajes y en un cuchillo que llevaba, hubo un enfrentamiento previo o disputa que sería el principio de su fin.

Desde el museo, camino tranquilo, tarde de charla hasta el pueblo

donde tomamos de nuevo el autobús junto a esta casa que parece tener un árbol pintado y que resulta ser un albaricoquero de verdad, con sus frutos y todo.


Día 3: Cabañas de Sahnestüber - Solden


Los pronósticos para hoy son de lluvia, sobre todo por la mañana. Las zonas altas están cubiertas. Toca cambio de planes, una constante en lo que sería el tiempo un poco caótico de esta semana de pleno verano en el Tirol.
¿Quién dijo miedo a salir bajo la lluvia? Impermeables, paraguas, polainas, cubremochilas... pertrechados para vencer al agua. Un corto trayecto en autobús público y bajada en un camino que nos lleva a las Cabañas de Sahnestüber, junto al río. Caen algunas gotas.


Con el viaje y agua por todos lados las ganas de orinar aprietan. La esquina de una cabaña que parece abandonada puede ser el lugar adecuado, pero la señal nos corta el rollo de momento...

Se ve que no hemos sido los primeros ni seremos los últimos en apreciar la idoneidad del lugar para vaciar la vejiga.


Y en un bosque, ¿quién no encuentra un árbol?

El camino va junto a un pequeño afluente

que a nuestros ojos -acostumbrados a otras dimensiones- parece el más caudaloso de los ríos

Entre praderas y bosques

el camino prosigue y la lluvia va tomando forma

Nomeolvides

Entre pinos, abetos

y alerces el sendero transita con nosotros

Un arroyo que baja de las alturas

nos muestra su fuerza en la cascada de Timmelstalbachfall

La muerte verdinegra -Paris quadrifolia- se esconde bajo los árboles. Dos únicas bayas de la uva de raposa pueden resultar mortales para un niño. 

Estas dos no tienen peligro

Campanula barbata - Campanilla barbuda

La lluvia arrecia por momentos

y pone ambiente otoñal

al caminar estival por el bosque

Siempreviva

Llegando a Zwieselstein

el chubasquero no es suficiente y salen a relucir los paraguas

Por si no nos basta el agua que de arriba cae

El camino vuelve a hacerse sendero

y el río se encabrona o encabrita

al estrecharse su cauce en una garganta

que vamos dejando abajo

La vereda prosigue

y el ánimo no decae a pesar de la que nos cae

Para

y el bosque se hace pradera con su huertecillo y todo -no vemos al hombre receloso que nos mira desde la casa de enfrente-

Los verdes prados se suceden

y las primeras casas de Solden asoman

Geranium sylvaticum

Una, dos y ¿tres?

El pequeño pueblo de Wald

Todo preparado para una buena barbacoa. Nos faltó lo principal: la carne

¿De dónde vendrá este chorro?

En la bajada descubrimos

que era parte de una antigua acequia de riego

Ya cerca del pueblo y del mediodía peninsular -las dos de la tarde- la lluvia vuelve

por lo que decidimos bajar

cruzar el puente del río Ötztaler Ache y comer en el hotel o donde a cada uno nos parezca. Tarde libre se anuncia.



Seguimos en el día 3: Solden - Wassweläufer - Waalweg - Valle de Windacham

Después de comer sigue lloviendo, aunque de forma muy suave. Tere no quiere salir con la lluvia. Ha tenido bastante con la de la mañana y prefiere tumbarse a leer o echarse una siesta. Yo tengo ganas de caminar, de salir aunque sea con paraguas y chubasquero. En el desacuerdo hay acuerdo en hacer lo que a cada uno nos apetezca. Yo me voy -móvil mediante- en principio a conocer un puente colgante que me han dicho que hay y a explorar un poco la "Ruta del Agua" que vimos al mediodía al bajar hacia el pueblo.

El puente colgante

y la vista hacia el fondo del río

Desde el puente se accede a un mirador y desde allí parte un camino que enlaza con el que recorrimos durante la mañana

a la altura de esta pradera

repetir el mismo camino durante apenas un kilómetro

disfrutando nuevamente

de la humedad y espesura del bosque

y de alguna que otra florecilla

hasta terminar enlazando con el camino 

que sube paralelo a la acequia

Estos canales de agua -waale- son típicos del Tirol y se construyeron para regar campos y huertos en las zonas bajas del valle

En un momento dado, el camino abandona la acequia para cruzar el caudaloso torrente y seguir subiendo por el otro lado del valle

En general, nos ha sorprendido lo bien cuidados y señalizados que están los senderos en esta zona del Tirol, pero la barbacoa de esta mañana y estas hamacas ¡son de traca!

Como la tarde parece abrirse y Tere me ha mandado un wasap diciendo que se ha ido con algunos compañeros del grupo a coger el telecabina para subir a no sé qué pico, no tengo prisa por volver así que continuo valle arriba.

por un senderillo que alterna bosque con zonas más abiertas

Zygaenas sobre una flor

En un momento dado las vistas se abren

y dejan ver un piramidal pico al fondo del Valle de Windacham

Típicos postes de indicadores de senderos

Unas chorreras junto al camino

que atraviesa algunas granjas reconvertidas en restaurantes o albergues - Fiegl's Hütte

En un collado con vistas al pico Gaiskolg (3.128 m) y a lo que parece una pequeña ermita, me doy la vuelta.

Y por el camino, flores y frutos, y una larga y estrecha cascada que se derrama desde las alturas.

Sempervivum aracnoideum - Siempreviva de telarañas

Milenrama rosa

A la rica frambuesa

La cascada
 
Gymnadenia conopsea - Orquídea olorosa

Digitalis lutea - Digital amarilla

De nuevo en el bosque cojo una senda distinta

que me lleva de vuelta al mismo puentecillo que cruza el río

Ya en el otro lado

me acerco a ver la toma de la acequia, junto al torrente, y p'abajo

disfrutando del sol de tarde,

de los verdes que brillan con el agua caída

que acaba en el río, que acaba en el mar, Danubio mediante

Y mientras mis botas pisaban un poquito de barro y la soledad de las montañas, Tere y algunos compañeros/as de viaje, volando a las alturas

en un telecabina

que en cuestión de minutos

te coloca en las nubes  o por encima de ellas

Llegando al pico Gaislachkolg, a 3.058 m


Día 4: La Vía Alpina: Glaciar Tiefenbachferner - Vent

Por suerte, las previsiones meteorológicas han cambiado y anuncian sol, así que hoy, telecabina y una subida rápida sin esfuerzo ni sudor. Habrá bastante desnivel pero todo será de bajada. 

En un primer transbordo, ya las montañas se anuncian imponentes a un lado -Äußere Schwarze Schneide-

y al otro, donde cubren con lonas blancas el glaciar Tiefenbachferner para evitar su inevitable desaparición

Panorama con el pico Wildspitze, el más alto del Tirol con 3768 m

Glaciar Hangenderferner

y las vistas de enfrente

y una mirada al suelo - Ranunculus alpestris -

Y todo desde este mirador colgado al vacío
a 3.200 m

Posando para la foto con el glaciar Mittenbergferner de fondo

Como es habitual en la alta montaña, algunas nubes van apareciendo tras las crestas -no irían a más-

A los pies del Tiefenbachferner, a 2.800 m comienza nuestra caminata por la Via Alpina que nos llevará hasta el pueblo de Vent, mil metros por debajo.


La Vía Alpina es una red de senderos que discurre por los Alpes atravesando ocho países, entre ellos Austria. 
La red completa está compuesta por cinco rutas principales que cubren miles de kilómetros y que se identifican por colores distintos. Además de las principales, hay otras secundarias que transitan por muchos rincones del principal macizo montañoso europeo. Recorrerlas en su totalidad es un reto que requiere una planificación exhaustiva y realizarla en varios años, en distintos tramos cada vez.

Bajamos por una senda estrecha

por un terreno rocoso, desprovisto de árboles

con unas vistas espectaculares hacia el fondo del valle


Cirsium spinosissimum - Cardo espinoso

Rocas pulidas por el paso de hielos que vieron tiempos mejores

Hipnotizados por el paisaje

Una parada da para hacer el ganso o quizás la grulla

De nuevo en marcha

por un sendero colgado con vistas a los glaciares del otro lado del valle

Glaciar Marzellferner y Pico Similaum (3.606 m)

El Ramolkogel (3.549 m)

Continuamos

por un marcado sendero

que recorre la ladera derecha del valle

desde las alturas, con vistas espectaculares en todo momento

Saltando torrenteras que bajan de los glaciares

Veronica alpina

De roca en roca 

y tiro p'abajo porque me toca

Estas que no me toquen, que son muy grandes

Vistas al norte con los Stubaier Alpen al fondo

El Pico Similaum 

Panorámica de los Alpes de Ötztaler al otro lado del valle

Vaccinium vitis idaea - Arándano rojo

Manteniendo la fila

pero no por mucho tiempo


Muchos metros hasta el fondo del valle 

y a la vuelta del camino

las cumbres en torno al WeißerKogel

Panorama de los tresmiles sobre el Weisseskar

Vistas desde el lago Weisseskar hacia el WeißerKogel

Eriophorum scheuchzeri

Weisseskar

Dejamos la laguna y volvemos al camino

Silene acaulis

Remontando desde el torrente que baja de la laguna 

La típica erosión de miles de años del hielo glaciar 

deja en las rocas unas formas llamadas lomos de ballena

¡Unas cuantas más! Con lo que me gusta andar por las piedras...

Una parada para una nueva pose con el fondo del valle de fondo

Tere en su discurrir por la Vía Alpina






Vent bajo el Talleitspitze

Por esta zona, por desgracia, una compañera tuvo una caída y en el intento de sujetarse, terminó rompiéndose el radio a la altura de la muñeca. Menos mal que en el grupo iban varios médicos y llevábamos material para una cura de urgencia. 
Paramos durante un rato, se le inmovilizó y se le hizo un cabestrillo. Al llegar a Vent, se marchó con urgencia con el guía y unos compañeros médicos hacia Solden para que la vieran en un centro de salud. Al final tuvieron que terminar en una clínica en la parte baja del valle, donde la escayolaron.
A la vuelta, decidió que lo mejor era volver a España, aunque las peripecias con el seguro hizo que aún estuviera un par de días con nosotros compartiendo las comidas pero sin salir de ruta.
(Susana, si llegas a leer esto, espero que lo hagas ya recuperada del todo 😘)


Una roca redonda y pulida posiblemente proveniente de alguna morrena glaciar y que haya rodado ladera abajo.

Vent cada vez más cercano pero aún lejos. A la izquierda de la foto, al fondo, se ve el Pico Smilaum. 
En el puerto a la derecha de este pico es donde encontraron la momia Ötzi. Allí se construyó un pequeño monumento conmemorativo al que se puede llegar por una senda que recorre el valle desde Vent, asciende hasta el puerto y cruza la frontera italiana.

Jacobea abrotanifolia tiroliensis

Paso estrecho entre rocas

Vistas a Vent bajo el Talleitspitze

Gentiana nivalis

Crepis aurea - Pippau dorado

Aconitum napellus . Revientavacas, acónito

En esta última parte del camino, antes de llegar a Vent, abundan los prados alpinos

y alguna que otra orquídea entre la yerba

Callejeando por Vent

Pfarrkircher St. Jakob


Día 4: Obergurgl - Hohe Mut - Glaciar Rootmoosferner - Gurgler Kamm

Parte del tiempo: Sol y nubes con tendencia a nublarse más a lo largo del día pero sin lluvia... de momento.

Parte del viaje: autobús público desde Solden a Obergurgl. Aquí cogemos el telecabina y, en un pis pas, bajada en el refugio de Hohe Mut, a 2653 metros.

Callejeando por Obergurgl, a más de 1.900 metros de altitud

Al bajar en Hohe Mut, este es el panorama por delante

y por detrás

Y nuestro camino

por una loma alargada y verde que separa dos valles glaciares

Valle del río Rootmosache

Panorámica desde las proximidades de Hohe Mut

El camino

en un sube y baja suave

por una loma cubierta de hierba

se va acercando a los glaciares del fondo

El glaciar Wasserfallferner, literalmente "el glaciar de la cascada"

La línea de caminantes

se prolonga en las alturas

aunque alguno queda atrás

La típica forma de U de los valles glaciares

Panorámica de los dos valles glaciares que divide la cresta herbosa 

por donde vamos

El glaciar Gaisbergferner, a la izquierda

y a la derecha, el glaciar Rootmosferner

hacia donde vamos todos juntitos

o más bien separados

El glaciar Wasserfallferner tiene una historia trágica pues son varios los alpinistas que han desaparecido transitando por él. A principios de este año apareció el cadáver de un montañero alemán del que se perdió su pista en este lugar en 1967.

Pastando y pasando a la misma vez, 

por supuesto de nosotros

Parece que está ahí

pero queda muchos metros por encima de nuestras cabezas

Bajamos hacia el fondo del valle, donde una morrera nos enseña los sedimentos arrastrados por los glaciares, un muestrario geológico de primer orden

También sirve para una pequeña parada, descansar, comer algo y posar para la foto

Entre las rocas, una linaria alpina

El agua dio forma a estos valles y el agua se la sigue dando

Bajando por la morrena

toda llena de rocas de distintas formas, colores y composición

Detalle de varias rocas:




Y de las flores que fueron apareciendo junto al camino:

Achillea atrata

Campanula...

Anthyllis vulneraria

Leontopodium alpinum - Flor de nieve, edelweiss

Chamaenerion fleischeri

El camino por el fondo del valle, junto al río

Una mirada atrás

con gran angular

Parnassius apollo - Mariposa apolo

Según un lugareño montañero con el que nos encontramos y que hablaba un perfecto español, esas nubes enriscadas en las crestas anunciaban un cambio de tiempo próximo. Ocurriría, pero al día siguiente.

En palabras de Bunbury, los restos del naufragio quedaron esparcidos

Otra roca en el camino

Descansar, meditar, hacer ejercicio, coger energía o simplemente no hacer nada.
En lugares como este solo mirar llena el alma 

Un valle glaciar de libro o postal

Las blanquecinas aguas del río Rootmosache

Panorámica desde el refugio Schönwieshütte, donde paramos a comer

Pasado el refugio el río se encajona

Nosotros cruzamos al otro lado y nos disponemos a coger un sendero

que nos lleva en unos cientos de metros

a la cascada Rootmoswasserfall

Las cascadas con el pico Hangerer asomando por detrás

Pasada la cascada, nos internamos en un bosque de viejos pinos

con algunas praderas encharcadas

donde crece el Eriophorum angustifolium - Hierba algodonera

Sendero entre pinos

que abandonamos al llegar a una zona de pastos por donde bajamos

hasta un puente que cruza un río y nos lleva de nuevo a Obergurgl

Crepis aurea

Día 5: Solden - Laguna Schwarzsee, telesilla mediante

Nos acostamos con una idea y nos levantamos con otra. El día amanece nublado, con las nubes enganchadas a la montaña. Se prevén lluvias a lo largo de la jornada así que Nacho, nuestro guía, opta por hacer una ruta corta a una laguna próxima, a la que podemos acercarnos con un telesilla, para volver al mediodía, teniendo en cuenta que hacia las tres nos recoge el autobús para llevarnos a Innsbruck. Nuestra estancia en Solden acaba.

Solden va quedando abajo

Esos momentos de pánico en el telesilla

Quizás pánico sea un termino excesivo, pero un susto sí que nos llevamos cuando, entre la niebla, el mecanismo se para y nos quedamos colgando en la nada. Esperábamos que arrancara de nuevo en un instante pero los minutos pasaban y nada. Cinco, diez... algo dicen por megafonía pero nuestros días de estancia no nos han dado todavía para entender el alemán. Quince. Nuestros wasaps hablan ya de miedo, de morir... veinte minutos... los cables hacen algún ruido ¿moriremos de frío? ¿despanzurrados? ¿Vendrán los bomberos? ¿Saldremos en las noticias? Vuelve a rugir la maquinaria, y nos ponemos en marcha de nuevo. ¡Bien!
Al bajar, unos operarios nos informan, en inglés, de que debido a problemas técnicos, el telesilla dejará de funcionar, por lo que tendremos que buscar otra alternativa para volver, lo que no será complicado dada la gran cantidad de artilugios de transporte de esquiadores que hay por esta zona que, en invierno, se convierte en una de las mayores estaciones invernales de Europa.


Nuestro sendero a la vista que nos dejan las nubes

La subida

Una ermita queda abajo, próxima a la estación del telesilla

Las nubes bajan

y nosotros subiendo

Al frente, al otro lado del valle, aparecen y desaparecen altos picos

Los primeros

y los últimos

Los metros finales por una pedrera de grandes rocas

La laguna Schwarzsee

Panorámica de la laguna con el pico Rotkogel

La bajada hacia una laguna artificial

Los glaciares de los picos que asoman al otro lado del valle aparecen y desaparecen como por arte de magia

Potentilla 

Panorámica en la bajada

Las montañas entre las nubes

Donde en invierno transitan esquiadores hoy van caminantes 

Solden

Linaria vulgaris junto al río


Valle del Inn - Innsbruck

Día 5 y 6 y 7: Innsbruck

El autobús puntual a las tres nos esperaba para salir hacia Innsbruck, nuestra próxima parada.
La lluvia hace acto de presencia durante el camino.

Desde el autobús...

verdes prados y abetos que escalan al cielo

alguna chorrera

y la lluvia que aparece para pintar de verde eterno un verano otoñal


Como llegamos pronto, la tarde de ese día nos dio para una primera toma de contacto con la ciudad.
Después tendríamos las tardes de los siguientes dos días para seguir recorriéndola, ver lugares nuevos, curiosear por las calles peatonales del centro histórico, disfrutar sin prisas de un paseo por las orillas del caudaloso Inn o patear bajo la lluvia los jardines del Hofgarten. Y buscar, buscar dónde cenar a la intempestiva hora de una merienda tardía o casi.

Un paseo por Innsbruck que duró tres tardes:

Son muchos los lugares por los que podríamos empezar a conocer la ciudad. Nosotros elegimos la calle Maria-Theresien, su vía más comercial y pintoresca que comienza


en el Arco del Triunfo, un monumento construido en 1765 para celebrar la boda del archiduque Leopoldo II con la infanta María Luisa de Borbón, hija de Carlos III de España. Tendrían 16 hijos, y su primogénito, Francisco, sería el último emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.

Maria Theresien Strasse

Paseando por esta calle peatonal nos llamarán la atención las muchas fachadas curiosas que posee, una columna, la de Sta. Ana, en medio de la calle y, si el día está claro, las altas montañas que se ven al fondo, la cordillera Nordkette.

Si seguimos un poco más adelante nos encontraremos dos torres,

la de la Iglesia Hospitalaria del Espíritu Santo 

y la Torre de la Ciudad (Stadtturm), que fue en su tiempo parte del antiguo Ayuntamiento, a la que se puede subir para ver 

la calle Maria-Theresien -Strasse desde las alturas

y también, justo al final de la calle y bajo la Stadtturm

El Tejadillo Dorado

Mandado construir por el emperador Maximiliano I - el padre de Felipe el Hermoso- como regalo para su segunda esposa Bianca María Sforza, es quizás el edificio más conocido de la ciudad y su emblema. El tejado está elaborado con 2.657 tejas de cobre doradas al fuego que brillan de manera especial cuando les da el sol. Además posee el balcón bajo el tejadillo 18 relieves tallados en piedra y unos frescos en su interior con escenas de la vida de la aristocracia de la época, además de las banderas del Sacro Imperio y del Condado del Tirol.

Casi enfrente nos encontraremos esta fachada de abigarrado rococó

la Casa Helblinghaus

Pero si el Tejadillo Dorado es el monumento más famoso de Innsbruck, son las casas de colores a orillas del río Inn su imagen más conocida

Las singulares casas bajomedievales de Mariahilf, fueron construidas con anterioridad a la fundación de Innsbruck. Con la creación de la ciudad al otro lado del río, esta zona se convirtió en un barrio marginal donde se instalaron en su tiempo una leprosería, un hospital de infecciosos y la cárcel de la ciudad.


Seguimos caminando y al llegar a la Domplatzbrunnen nos encontramos con la

Dom su St. Jakob

iglesia-catedral dedicada al apóstol Santiago. En ella destacan los frescos barrocos del techo, la tumba con dosel de Maximiliano III de Austria y un cuadro dedicado a María Hilf  (María del Socorro) pintado por Lucas Cranach el Viejo en el altar mayor, además del órgano de 1725.

la tumba de Maximiliano III

Interior de la catedral

El órgano

Y hablando de iglesias de Innsbruck, esta se nos quedó en el tintero del deseo no cumplido

Hofkirche

o Iglesia de la Corte. Nos quedamos con las ganas de verla y eso que lo intentamos varias veces pero cerraba demasiado pronto por las tardes. Destaca en ella el mausoleo del emperador Maximiliano I que, curiosamente, está vacío, pues tanto tardaron en construirlo que cuando lo acabaron, el emperador estaba muerto y enterrado desde hacía años en otro lugar.
Lo más llamativo son las 28 esculturas de bronce negro a tamaño real que parecen hacer guardia, por lo que a esta iglesia se la conoce también como la Iglesia de los hombres negros, aunque en realidad no todos son hombres pues hay 8 mujeres.


Un paseo por el Hofgarten que en realidad fueron dos.

Hofgarten

Este jardín imperial fue creado a principios del siglo XV y después transformado por la emperatriz María Teresa de Habsburgo para adaptarlo a los gustos de la época. Formaba parte de los jardines del palacio, aunque actualmente es uno de los parques públicos de Innsbruck.

No es muy grande pero merece la pena recorrer sus caminos, evadirse del ruido y admirar sus viejos y espectaculares árboles.


Reflejos en un estanque del Hofgarten


Paseando junto al río

doble silueta de la ciudad

y un puente para cruzarlo andando

o en bicicleta

Y como en toda ciudad donde haya un jardín botánico, allá vamos nosotros

Jardín Botánico de Innsbruck


Fundado a principios del siglo XX, es de pequeñas dimensiones aunque alberga numerosas especies vegetales de todo el mundo, varios invernaderos y un centro de estudios de la Universidad.

Tere en el Botanischer Garten 

Quizá lo más llamativo para nosotros fue encontrarnos un enorme ejemplar de pinsapo de SudSpanien


Día 6: Funicular-Teleférico Innsbruck - Hafelekarspitze - Refugio Rausch Brunnen - Kranebitt


En verde, la subida en funicular y telecabina; en rosa, la ruta a pie.

Subir a la cordillera Nordkette utilizando el funicular y el teleférico desde el centro de Innsbruck en una de las atracciones más populares de esta ciudad y eso a pesar de su precio (56€). Menos mal que con algunas tarjetas como la Innsbruck Card te hacen descuentos considerables.

El funicular te sube hasta Hungenburg, desde donde podemos admirar una panorámica de la ciudad de Innsbruck

Después el teleférico nos lleva, con estación intermedia incluida, hasta Hafelekar, a 2.256 metros

desde donde cogemos hacia el cercano pico

allí unas chovas piquigualdas se apuntan al festín de frutos secos y otras cosillas que los turistas/montañeros les dejan

La estación del teleférico va quedando abajo pero las nubes no dejan ver prácticamente nada

Grupo en el Hafelekarspitze (2.334 m)

Esto fue lo que vimos

y esto lo que hubiéramos visto con un día más o menos despejado:

mirando al sur

y hacia el norte

Visto lo no visto, vamos bajando sin entretenernos mucho

Panorámica hacia el Hafelekarspitze desde una cima cercana


Volvemos a coger el teleférico para bajarnos en Hungenburg. Desde aquí, por algunas calles, senderos y carriles, recorriendo los bosques que pueblan la cara sur de la Cordillera Nordkette, llegaremos hasta Kranebitten desde donde volveremos en el autobús urbano hasta las proximidades de nuestro hotel.

El peligro de decir ¡bici!

Carrileando un rato y aprovechando que al ser una zona donde entra más el sol, hay muchas florecillas en los bordes del camino

Impatiens parviflora

Epipactis helleborine

Impatiens balsamina

Spiraea salicifolia

Frutos tóxicos de la Lonicera xylosteum, una madreselva arbustiva

Nos vamos internando cada vez más en un abetal umbrío

que poco a poco va trocando en hayedo

Verbascum... - Gordolobo

Por el senderillo

disfrutando de la humedad del lugar

Salvia glutinosa

Por este bosque

entre caracol y caracol gigantesco -más de 20 cm de punta a punta-

mientras unos nos dedicábamos a caminar

y otros a contemplar

alguno se entusiasmó recogiendo una buena cosecha de boletos, tantos que terminó olvidando los bastones -por suerte se recuperaron tras un ratillo de búsqueda-

Vistas hacia Innsbruck en un claro en el bosque

Pero hoy parece que las anjanas andan de turismo por el Tirol

y unas gafas desaparecen también

Erigeron anuus

El refugio Rausbrunnen nos sirvió de restaurante con vistas

Tras reposado almuerzo

vuelta al camino

donde Tere

 se convierte en protagonista exclusiva 


de la bajada

entre abetos

 y hayas

Dianthus... - Clavellina

Frutos de Viburnum lantana - Barbadejo, uvas de perro

Se agradece un prado

entre tanto árbol

Aparecen las primeras casas dispersas del barrio de Krabitten

Vincetoxicum hirundinaria - Hierba de las golondrinas

Valle de Stubai

Día 7: Stubaier Gletscher - Dresdner Hütte - Mutterberg Grawa Wasserfalls

Salimos desde Innsbruck ya lloviznando. Malos augurios para ver algo en las alturas del Valle de Stubai.

Ya en el valle, la lluvia emborrona el paisaje

o lo viste de misterio

Tras menos de una hora en el autobús, llegamos a Muttenberg, donde un telecabina, con algunas estaciones intermedias, nos lleva hasta Stubaier Glestcher, a casi 3.200 metros de altitud. Nada se ve. Solo se intuye el frío que debe hacer fuera. ¿Quién se atreve? Nieva en julio y no es nieve artificial.
Vamos saliendo y remontando las heladas escaleras que nos suben hasta la plataforma Top of Tyrol

junto al pico Großer Isidor (3210 m)

y allí, sacando al niño o la niña grande que siempre llevamos oculto, nos ponemos a tirarnos bolas -más bien pegotes- 
¡Con lo bien colocada que estaba la nieve!

Un mediodía de finales de julio

Gaiskaferner, si el tiempo hubieras acompañado, desde el mirador Top of Tyrol

Tras hacer el ganso un rato, con las manos congeladas, volvemos a coger el telecabina con parada intermedia en

Mammut Höhenspielplatz

donde seguimos con el espíritu juguetón


y desde aquí hasta la Mittelstation Fernau. Bajamos y nos metemos de cabeza en el refugio Dresdner Hute

donde pedimos un chocolate con ron y unos trozos de strudel de manzana para calentarnos y reponer las fuerzas que no nos ha dado tiempo a perder.

Con pocas ganas y mucho frío

salimos del refugio 

viendo poco o nada

para ir bajando

junto al río Fernaubach

Va quedando la niebla arriba

y, como en teatro, se abre el telón al paisaje

Unas chorreras en el río Fernaubach

Epilobium angustifolium

Epilobios junto al río

Äußerer Muttenbergbach

La niebla dibuja un bosque de sueños

Unas vacas nos miran curiosas en las afueras de Muttenberg

No estaba previsto, pero ya que por la niebla no hemos visitado las lagunas de MuttenbergSee

improvisamos un trozo de camino desde el pueblo

acompañando al río Ruetz en su discurrir

hasta Grawa Wasserfall, unas cascadas que caen desde la ladera derecha

Este chino no cabe en mis botas

El bosque

y el río que lo atraviesa

nuestro objetivo cada vez más próximo

Las cascadas desde el refugio-restaurante Grawa Alm, donde almorzamos y donde nos recogió el autobús -previa limpieza de botas con manguera y mojada incluida- para llevarnos de vuelta a Innsbruck.

Típico paisaje del Valle de Stubai desde el autobús


Día 8: Innsbruck-Munich-Madrid-Alicante-Barcelona-Castellón-Málaga-Pamplona-Valencia.

Muy temprano, aún de noche, nos espera el autobús en la puerta del hotel. Maletas, recuento final y pa'Munich. Llueve en el camino.
El avión sale a su hora y puntualmente llegamos a Madrid. Al bajar, el aire cálido y seco nos recuerda que aún estamos en pleno verano.
Recogemos las maletas. Están todas. 
Quedan las despedidas, un adiós o un hasta pronto, quién sabe.
Y como dice el saber popular: cada mochuelo a su olivo.