miércoles, 5 de mayo de 2021

Polygonatum odoratum

                                                             El Torcal

Escondido en las umbrías grietas de este paraje natural espera nuestra visita año tras año desde que hace varios descubrimos su presencia de casualidad.

Llamamos geófito (de geo -tierra- y phyto -planta) a los vegetales que pasan la época desfavorable para el crecimiento de modo subterráneo, ya sea en forma de bulbo, rizoma, tubérculo o raíz engrosada. El sello de Salomón lo es. 

Esta planta, de querencias más frescas, permanece aquí en el sur relegada a zonas de montaña, en las vertientes norte o, como en este caso, agazapada en la humedad y frescura del relieve kárstico. Brota de un rizoma subterráneo al que se le van señalando las marcas de los tallos de los distintos años, quedando así grabada su edad. Al inicio de mayo, una fila de péndulas flores blancas con el extremo verde surgirá de los nudos de las hojas. Estas flores se transformarán a lo largo del verano en unos frutillos redondos de color azulado. Con la llegada del otoño, la parte aérea de la planta se secará, permaneciendo latente la vida en el rizoma subterráneo hasta que días más largos y mejores temperaturas lo vuelvan a despertar.

Las lágrimas de David, como también se le llama, posee propiedades medicinales, especialmente en lo que respecta a la bajada del nivel de azúcar en sangre, incluso se ha utilizado en la elaboración de licores, pero no hay que olvidar que la planta es tóxica, especialmente sus frutos, pudiendo llegar a provocar graves problemas digestivos y cardiacos.

Por último, un poco más de etimología: el nombre científico de género proviene de los términos griegos polys (muchos) y gonu (nudo), por los numerosos nudos o marcas que poseen los rizomas. 

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