5 de julio: Cueto de Arbás y Monasterio de Hermo
Ruta corta para empezar: al Cuetu d'Arbás, un pico de poco más dos mil metros que se sube desde el Pto. de Leitariegos, en el límite entre León y Asturias. Lo más destacado es la presencia de una laguna y las vistas desde el pico, sobre todo a la parte asturiana, al Valle del Río Naviegu y alrededores, hábitat del oso cantábrico y lugar donde a finales de mayo se produjo un inusual ataque del plantígrado a una mujer, en Sonande, a escasos 10 kilómetros del puerto.
Paisaje rural en el Valle del Río Naviegu
Achillea millefolium - Milenrama
Pto. de Leitariegos - El Puertu
Por la cresta hacia el pico
Verdes praderías antes de llegar a la cima
Mariposa ortiguera (Aglais urticai) sobre armerias
La Laguna de Arbás desde arriba
Valeriana montana - Valeriana de monte
La laguna desde la orilla
Epilobium
Hayedo
Digitalis purpurea
Melittis melissophyllum - Toronjil silvestre
Astrantia major - Sanícula hembra
Un paseo con los sentidos en alerta
6 de julio: Lagos de Saliencia desde Torrestío
A no ser que estés en algún pueblo cercano, llegar a los Lagos de Saliencia, en pleno P.N. de Somiedo, supone un montón de kilómetros por carreteras con curvas, estrechas, aunque con un piso bastante aceptable. Nosotros decidimos acercarnos desde Torrestío, en La Babia leonesa, y hasta allí nos fuimos, cruzando primero la Comarca de La Laciana, en cuya capital, Villablino, compramos un queso de cabra exquisito y quizá la mejor cecina que hayamos probado nunca -y mira que hemos comido cecinas estupendas-. Más parecía jamón de bellota. Eso sí, tuvimos que esperar y esperar a que a una señora, con todas las letras, le prepararan media tienda al vacío y le llevaran la compra al coche.
De camino, parada en San Emiliano para ver una roca llena de nidos y cigüeñas
Mariposa sobre milenrama
Valle de Sañedo
Valle de Saliencia desde La Farrapona
Lago de la Cueva
Malva moschata
Subiendo hacia las minas de Sta. Rita, minas de hematies, mineral de hierro que le da a la tierra ese intenso color rojo
Himantoglossum hircinum
Lago Calabazosa o Negro
Saxigraga...
Geranium subargenteum, endemismo de la Cordillera Cantábrica
Lago Cerveriz
Rana bermeja
Digitalis parviflora, otra endemismo de la Cordillera Cantábrica y del S. Ibérico
Aguileñas
Gymnadenia conopsea
Bajando desde la Collada de Barbarán
Erodium glandulosum
Cardo azul - Eryngium bourgatii
Eriophorum latifolium
Trollius europaeus - Calderón
El Valle de Torrestío con Peña Ubiña al fondo
Anacamptis pyramidalis
Desfiladero del Sil desde el Puente de las Palomas, límite entre las comarcas leonesas de La Laciana y La Babia
7 de julio: Desfiladero de las Xanas y Senda del Oso
Por la mañana partimos del área recreativa que se encuentra entre Tuñón y Villanueva para dirigirnos carretera arriba al inicio del sendero que recorre este desfiladero que el río ha abierto en las calizas.
Las Xanas son las hadas de la mitología asturiana, seres que habitan cerca de las aguas y que atraían a los caminantes con sus encantos. Si las quieres ver, la noche de San Juan debes acudir a los sitios donde viven. Allí las verás, sentadas en una roca, cantando y portando una madeja de hilo de oro que dará a aquel que le pida desposorio. Pero cuidado, no debes romper el hilo, pues si esto ocurre, te arrastrará al fondo de las aguas y allí quedarás para siempre.
Leyendas aparte, el camino tallado en el desfiladero permitía a los vecinos de Pedroveya y otros pequeños núcleos comunicarse con Proaza, la villa más grande de la zona, antes de que se construyera la carretera actual. No me imagino teniéndolo que recorrer con una urgencia, de noche, con niebla o lluvia intensa, seguro sin las cuerdas ni la anchura -que no es mucha- que tiene hoy en día.
Túnel excavado en la roca
Paredes verticales y la frondosidad del bosque
La senda
Un tramo con cuerda para aquel o aquella que no se sienta muy seguro/a
Se pasa bien. Otra cosa sería con la roca mojada
La profundidad del barranco
Desde el otro lado
El sendero recortado en la piedra
Un nuevo túnel
Quepo yo y mis palos
El río antes de encajonarse
El sendero baja al fondo del barranco
Junto al río
Como en otros sitios de Asturias, los helechos y la humedad dan sensación de selva tropical
Cuidado de no resbalar
Puente que cruza el río
Y escaleritas de madera en los tramos más inclinados
Subiendo hacia el pueblo
Hórreo en Pedroveya
Valle donde se asienta el pueblo
Corylus avellana - Avellano
Campanula glomerata
La vuelta, para hacer la ruta circular, la hacemos por Dosango. Desde este pueblo, cogemos un tramo de carretera y después bajamos por un sendero completamente rodeado de helechos en las dos laderas. ¡Quizás el helechal más grande y tupido que hayamos visto nunca! Así hasta salir por un nuevo senderillo hasta la carretera y al aparcamiento.
Por Dosango caen unas gotas
Ophrys apifera - Orquídea abejera
Cabras, los mastines que las cuidan y no dicen ni hacen nada y el cielo negro, cada vez más negro
Entre helechos
Hypericum androsaemum - Sanalotodo
Último tramo del sendero
Y ya que estábamos cerca de Proaza, decidimos hacer un tramo de la Senda del Oso, visitando antes la iglesia románica de San Pedro de Arrojo, perdernos un poco por las carreteras de la zona y tomando un cafetito y un dulce en Proaza, donde dejamos el coche para recorrer parte de esta conocida senda que en total tiene 22 kilómetros y que ha aprovechado la antigua línea ferroviaria que recorría el Valle de Trubia y que se utilizaba para sacar el mineral de carbón de la zona.
Llueve
Ya cuando empezamos a andar caen unos gotas, pero en un momento empieza a arreciar. Menos mal que esto ocurre junto a un área recreativa cubierta junto al río y allí paramos a que la lluvia cese.
Media horita de relax escuchando llover en medio de un bosque, junto a un río, a cubierto y en el mes de julio puede resultar una auténtica delicia.
Continuamos la marcha entre túneles de vegetación
y túneles
excavados en la roca
El sendero sin desnivel apenas y todo sombra, aunque con la temperatura que hacía no era necesario
Desfiladero de Piedras Juntas
Aunque el sendero sigue, nos damos la vuelta
El mismo camino para disfrutarlo dos veces
Los mismos tramos
los mismos túneles
8 de julio: Bosque de Muniellos
El Bosque de Muniellos es uno de esos lugares que se han salvado de la motosierra debido a la presión de organizaciones conservacionistas allá por la década de los setenta. Propiedad de empresas madereras, no fue hasta 1973 cuando el antiguo ICONA consiguió adquirirlo para declararlo Coto Nacional de Caza, e ir pasando después por distintos status de protección, hasta la actual situación de Reserva Natural Integral.
Para su visita es imprescindible realizar la solicitud a través de Internet, y solo se permiten 20 personas al día, en horario de nueve a seis de la tarde.
Hasta aquí los datos. Cuando llegas al centro de recepción, en este caso una muchacha muy agradable nos pidió los pases, DNIs y nos explicó las alternativas que había: ida y vuelta remontando el río o una circular, primero por la parte alta del bosque para después ir bajando por el río.
Nos animó a hacer la circular, pero ahí se equivocó:
Para llegar a las seis es necesario ir bastante deprisa, por un sendero estrecho y con bastante desnivel, y no es la parte más sobresaliente del bosque. Además, a no ser que uno corra mucho, no da tiempo a subir a los Lagos de la Candanosa.
Sin embargo, la parte inferior, el sendero que va pegado al río es mucho más bonito, más verde y húmedo y con ejemplares de árboles más espectaculares.
Decididamente, a no ser que uno tenga muchas ganas de andar y por las vistas del bosque desde las alturas, es mucho mejor hacer el sendero del río, llegar hasta los lagos y darse la vuelta por el mismo sitio, y disfrutar así dos veces y con más calma de la parte más bonita de este espectacular bosque.
Linaria triornithophora - Paxarinos
Blechnum spicant - Helecho lonchite
Arion ater - Babosa
Por lo visto, estas babosas, originarias del norte y oeste de la Península, están conquistando Europa. De polizón como huevo en algún cargamento de tierra, ha llegado a países del centro y norte de Europa y allí se ha extendido como una plaga que arrasa campos de cultivo y jardines. Un picudo rojo versión española.
Entre robles
Cruzando una zona de pequeños tajos de cuarcitas
Una buena pedrera
El Bosque de Muniellos desde la parte alta
Madreselva
La humedad se deja ver en cada rincón
Bajando hacia el río
El río va saltando entre piedras cubiertas de musgo
Algún puentecillo que otro
Caminar por este bosque
cada vez más cerrado y húmedo
es una auténtica gozada
junto al rumor de las aguas que se despeñan
y alguna que otra pequeña cascada con su correspondiente poza
El camino va junto al río
cambiando de una orilla
a la otra
y vuelta
a cambiar
En este caso el bosque sí deja ver el árbol
Un haya de enormes dimensiones
9 de julio: Ruta del oro de Navelgas, Desfiladero del Río Esva y Cascada de la Regueirina
Día relajado ¿o no? Un tres en uno por rincones secretos de Asturias, unos más conocidos que otros pero espectaculares los tres por diversos motivos.
1. En el Concejo de Tineo, junto a la población de Navelgas, nos esperaba esta corta pero sorprendente ruta que recorre una pequeña explotación aurífera de la época romana. Pero si por algo nos llamará la atención este recorrido es por carácter selvático: solo internarte unos metros por el sendero y parece uno trasladarse a las selvas del sudeste asiático, sus cuevas y pasadizos e incluso con su "templo" devorado por la vegetación.
Los primeros metros del recorrido
Bajo la arboleda de espigados castaños, un mar de helechos
Lengua de ciervo - Asplenium scolopendrium
Los exploradores
Mina anegada
No se cansa uno de recorrer
los caminos, senderos y rincones de esta selva atlántica
Helechos selváticos
Al otro lado de una galería abierta
Horno que parece sacado de una película de Indiana Jones
2. Las Hoces del Esva, también en el Consejo de Tineo, es un bonito desfiladero que el río se ha encargado de tallar en la roca para proseguir su camino hacia el mar. Aprovechando antiguos caminos que posibilitaban el acceso a las presas y pequeñas centrales eléctricas. hoy abandonadas, instaladas en su cauce, se han construido una serie de escaleras y pasarelas de madera que nos permiten recorrer este espacio, en un continuo subibaja que nos aleja y acerca al río en multitud de ocasiones y nos posibilita verlo tanto desde su orilla como desde las alturas.
Bajando hacia el río
El bordes del río llenos de helecho real, con los que se elabora el conocido como vino de antojil, afamado remedio para problemas óseos
Reflejos en el río Esva
Cerca de la orilla del río
Escaleras y pasarelas de madera en gran parte del recorrido
Un paso con cuerda
El camino sube y baja salvando las estrecheces del río
La parte más abrupta de las pasarelas del Esva
3. Un camino ancho de bajada desde el pueblo de El Faedal (seguimos en el Consejo de Tineo), perdido en un dédalo de carreteras terciarias, nos conduce hasta la Cascada de la Regueirina, en un rincón donde las aguas se conducían por una acequia para mover los mecanismos de batanes y molinos harineros instalados en su cauce, instalaciones hoy desaparecidas, salvo una, cuyas ruinas languidecen junto al río soñando tiempo mejores.
Llegados a la cascada, aunque las indicaciones del sendero son para hacerlo circular, es mejor, más corto, más bonito y con muchísima más sombra hacer el camino de vuelta por el mismo sitio.
Un ancho camino de bajada
entre añosos castaños
nos lleva
a la Cascada de la Regueirina
Bosque de ribera
Una subida más
Araña cangrejo
Oenothera glazioviana - Onagra, hierba del asno
10 de julio: Pico Cornón y La Pornacal
¡ Y no tenían fabes! Con intención de comernos una fabada al mediodía -en las cenas mejor no- nos propusimos emprender la subida al Pico Cornón desde el Pto. de Somiedo, para estar al mediodía de vuelta, comer y después visitar la Braña de la Pornacal en Villar de Vildas.
Emprendimos el camino entre praderías donde los lugareños recogían la hierba para el invierno y así, poco a poco, ir subiendo hasta alcanzar un mirador donde las fuerzas y el tiempo faltaban, así que primero con Tere y después solo, emprendí la acelerada subida al pico y la mucho más acelerada bajada hasta el pueblo -8 kilómetros desde el pico en hora y cuarto- para llegar puntual a comer y hoy ¡no tenían fabes!
Pero a falta de pan, buenas son tortas. Comimos y bien, bebimos y bien y nos dispusimos a coger el coche y llegar al pueblecito de Villar de Vildas, perdido al fondo del Valle de Pigüeña, por una carreterilla estrecha y llena de curvas que a más de una puso nerviosa.
Desde el pueblo, tres kilómetros de subida a pie por un ancho camino hasta llegar a este poblado de pastores que se mantiene en muy buen estado. Lástima que no hubiera ninguna braña abierta para poder verlas por dentro.
Reutilizar
Camino entre praderías
Amapolas
Viola saxatillis - Pensamiento
Pensábamos que era el Cornón pero era Peña Penouta
Panorámica desde el Alto de Prefustes
El Cornón al fondo
Cada vez más cerca
En el vértice del Cornón (2.194 m)
Turberas a los pies del Cornón
Vistas hacia el este con Peña Penouta al fondo
Sta. María del Puerto
La Peral, la del famoso queso azul del mismo nombre
Valle del Pigüeña
La Pornacal
Violeta cornuda
Dianthus hyssopifolius - Clavel montés
Malva moschata
Río Pigüeña
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