martes, 10 de agosto de 2021

Asturias: julio 2021

5 de julio: Cueto de Arbás y Monasterio de Hermo

Ruta corta para empezar: al Cuetu d'Arbás, un pico de poco más dos mil metros que se sube desde el Pto. de Leitariegos, en el límite entre León y Asturias. Lo más destacado es la presencia de una laguna y las vistas desde el pico, sobre todo a la parte asturiana, al Valle del Río Naviegu y alrededores, hábitat del oso cantábrico y lugar donde a finales de mayo se produjo un inusual ataque del plantígrado a una mujer, en Sonande, a escasos 10 kilómetros del puerto.

Paisaje rural en el Valle del Río Naviegu

Achillea millefolium - Milenrama

Pto. de Leitariegos - El Puertu

Por la cresta hacia el pico

Verdes praderías antes de llegar a la cima

Mariposa ortiguera (Aglais urticai) sobre armerias

La Laguna de Arbás desde arriba

Valeriana montana - Valeriana de monte

La laguna desde la orilla

Epilobium

Después de comer y como teníamos toda la tarde por delante, nos acercamos con el coche al recóndito valle donde se esconde el pueblo de Monasteriu d'Ermu, pero no buscad un monasterio, que no lo hay, sino un hermoso hayedo al que no es fácil acceder y en el que hay que internarse con precaución ya que es una de las zonas más oseras del Principado. ¡Mejor no alejarse demasiado del pueblo!

Hayedo

Digitalis purpurea

Melittis melissophyllum - Toronjil silvestre

Astrantia major - Sanícula hembra

Un paseo con los sentidos en alerta

6 de julio: Lagos de Saliencia desde Torrestío

A no ser que estés en algún pueblo cercano, llegar a los Lagos de Saliencia, en pleno P.N. de Somiedo, supone un montón de kilómetros por carreteras con curvas, estrechas, aunque con un piso bastante aceptable. Nosotros decidimos acercarnos desde Torrestío, en La Babia leonesa, y hasta allí nos fuimos, cruzando primero la Comarca de La Laciana, en cuya capital, Villablino, compramos un queso de cabra exquisito y quizá la mejor cecina que hayamos probado nunca -y mira que hemos comido cecinas estupendas-. Más parecía jamón de bellota. Eso sí, tuvimos que esperar y esperar a que a una señora, con todas las letras, le prepararan media tienda al vacío y le llevaran la compra al coche.

De camino, parada en San Emiliano para ver una roca llena de nidos y cigüeñas

Mariposa sobre milenrama

Valle de Sañedo

Valle de Saliencia desde La Farrapona

Lago de la Cueva

Malva moschata

Subiendo hacia las minas de Sta. Rita, minas de hematies, mineral de hierro que le da a la tierra ese intenso color rojo

Himantoglossum hircinum

Lago Calabazosa o Negro

Saxigraga...

Geranium subargenteum, endemismo de la Cordillera Cantábrica

Lago Cerveriz

Rana bermeja

Digitalis parviflora, otra endemismo de la Cordillera Cantábrica y del S. Ibérico

Aguileñas

Gymnadenia conopsea

Bajando desde la Collada de Barbarán

Erodium glandulosum

Cardo azul - Eryngium bourgatii

Eriophorum latifolium

Trollius europaeus - Calderón

El Valle de Torrestío con Peña Ubiña al fondo


Anacamptis pyramidalis

Desfiladero del Sil desde el Puente de las Palomas, límite entre las comarcas leonesas de La Laciana y La Babia

7 de julio: Desfiladero de las Xanas y Senda del Oso

Por la mañana partimos del área recreativa que se encuentra entre Tuñón y Villanueva para dirigirnos carretera arriba al inicio del sendero que recorre este desfiladero que el río ha abierto en las calizas. 
Las Xanas son las hadas de la mitología asturiana, seres que habitan cerca de las aguas y que atraían a los caminantes con sus encantos. Si las quieres ver, la noche de San Juan debes acudir a los sitios donde viven. Allí las verás, sentadas en una roca, cantando y portando una madeja de hilo de oro que dará a aquel que le pida desposorio. Pero cuidado, no debes romper el hilo, pues si esto ocurre, te arrastrará al fondo de las aguas y allí quedarás para siempre.
Leyendas aparte, el camino tallado en el desfiladero permitía a los vecinos de Pedroveya y otros pequeños núcleos comunicarse con Proaza, la villa más grande de la zona, antes de que se construyera la carretera actual. No me imagino teniéndolo que recorrer con una urgencia, de noche, con niebla o lluvia intensa, seguro sin las cuerdas ni la anchura -que no es mucha- que tiene hoy en día.

Túnel excavado en la roca

Paredes verticales y la frondosidad del bosque

La senda

Un tramo con cuerda para aquel o aquella que no se sienta muy seguro/a

Se pasa bien. Otra cosa sería con la roca mojada

La profundidad del barranco

Desde el otro lado

El sendero recortado en la piedra

Un nuevo túnel

Quepo yo y mis palos

El río antes de encajonarse

El sendero baja al fondo del barranco

Junto al río

Como en otros sitios de Asturias, los helechos y la humedad dan sensación de selva tropical

Cuidado de no resbalar

Puente que cruza el río

Y escaleritas de madera en los tramos más inclinados

Subiendo hacia el pueblo

Hórreo en Pedroveya

Valle donde se asienta el pueblo

Corylus avellana - Avellano

Campanula glomerata

La vuelta, para hacer la ruta circular, la hacemos por Dosango. Desde este pueblo, cogemos un tramo de carretera y después bajamos por un sendero completamente rodeado de helechos en las dos laderas. ¡Quizás el helechal más grande y tupido que hayamos visto nunca! Así hasta salir por un nuevo senderillo hasta la carretera y al aparcamiento.

Por Dosango caen unas gotas

Ophrys apifera - Orquídea abejera

Cabras, los mastines que las cuidan y no dicen ni hacen nada y el cielo negro, cada vez más negro

Entre helechos

Hypericum androsaemum - Sanalotodo

Último tramo del sendero

Y ya que estábamos cerca de Proaza, decidimos hacer un tramo de la Senda del Oso, visitando antes la iglesia románica de San Pedro de Arrojo, perdernos un poco por las carreteras de la zona y tomando un cafetito y un dulce en Proaza, donde dejamos el coche para recorrer parte de esta conocida senda que en total tiene 22 kilómetros y que ha aprovechado la antigua línea ferroviaria que recorría el Valle de Trubia y que se utilizaba para sacar el mineral de carbón de la zona.

Llueve

Ya cuando empezamos a andar caen unos gotas, pero en un momento empieza a arreciar. Menos mal que esto ocurre junto a un área recreativa cubierta junto al río y allí paramos a que la lluvia cese.
Media horita de relax escuchando llover en medio de un bosque, junto a un río, a cubierto y en el mes de julio puede resultar una auténtica delicia.

Continuamos la marcha entre túneles de vegetación

y túneles

excavados en la roca

El sendero sin desnivel apenas y todo sombra, aunque con la temperatura que hacía no era necesario

Desfiladero de Piedras Juntas

Aunque el sendero sigue, nos damos la vuelta

El mismo camino para disfrutarlo dos veces

Los mismos tramos

los mismos túneles

8 de julio: Bosque de Muniellos

El Bosque de Muniellos es uno de esos lugares que se han salvado de la motosierra debido a la presión de organizaciones conservacionistas allá por la década de los setenta. Propiedad de empresas madereras, no fue hasta 1973 cuando el antiguo ICONA consiguió adquirirlo para declararlo Coto Nacional de Caza, e ir pasando después por distintos status de protección, hasta la actual situación de Reserva Natural Integral.
Para su visita es imprescindible realizar la solicitud a través de Internet, y solo se permiten 20 personas al día, en horario de nueve a seis de la tarde.
Hasta aquí los datos. Cuando llegas al centro de recepción, en este caso una muchacha muy agradable nos pidió los pases, DNIs y nos explicó las alternativas que había: ida y vuelta remontando el río o una circular, primero por la parte alta del bosque para después ir bajando por el río.
Nos animó a hacer la circular, pero ahí se equivocó: 
Para llegar a las seis es necesario ir bastante deprisa, por un sendero estrecho y con bastante desnivel, y no es la parte más sobresaliente del bosque. Además, a no ser que uno corra mucho, no da tiempo a subir a los Lagos de la Candanosa.
Sin embargo, la parte inferior, el sendero que va pegado al río es mucho más bonito, más verde y húmedo y con ejemplares de árboles más espectaculares.
Decididamente, a no ser que uno tenga muchas ganas de andar y por las vistas del bosque desde las alturas, es mucho mejor hacer el sendero del río, llegar hasta los lagos y darse la vuelta por el mismo sitio, y disfrutar así dos veces y con más calma de la parte más bonita de este espectacular bosque.

Linaria triornithophora - Paxarinos

Blechnum spicant - Helecho lonchite

Arion ater - Babosa

Por lo visto, estas babosas, originarias del norte y oeste de la Península, están conquistando Europa. De polizón como huevo en algún cargamento de tierra, ha llegado a países del centro y norte de Europa y allí se ha extendido como una plaga que arrasa campos de cultivo y jardines. Un picudo rojo versión española.

Entre robles

Cruzando una zona de pequeños tajos de cuarcitas

Una buena pedrera

El Bosque de Muniellos desde la parte alta

Madreselva

La humedad se deja ver en cada rincón

Bajando hacia el río

El río va saltando entre piedras cubiertas de musgo


Algún puentecillo que otro

Caminar por este bosque

cada vez más cerrado y húmedo

es una auténtica gozada

junto al rumor de las aguas que se despeñan

y alguna que otra pequeña cascada con su correspondiente poza

El camino va junto al río

cambiando de una orilla

a la otra

y vuelta

a cambiar

En este caso el bosque sí deja ver el árbol

Un haya de enormes dimensiones

9 de julio: Ruta del oro de Navelgas, Desfiladero del Río Esva y Cascada de la Regueirina

Día relajado ¿o no? Un tres en uno por rincones secretos de Asturias, unos más conocidos que otros pero espectaculares los tres por diversos motivos.

1. En el Concejo de Tineo, junto a la población de Navelgas, nos esperaba esta corta pero sorprendente ruta que recorre una pequeña explotación aurífera de la época romana. Pero si por algo nos llamará la atención este recorrido es por carácter selvático: solo internarte unos metros por el sendero y parece uno trasladarse a las selvas del sudeste asiático, sus cuevas y pasadizos e incluso con su "templo" devorado por la vegetación.

Los primeros metros del recorrido

Bajo la arboleda de espigados castaños, un mar de helechos

Lengua de ciervo - Asplenium scolopendrium

Los exploradores

Mina anegada

No se cansa uno de recorrer

los caminos, senderos y rincones de esta selva atlántica

Helechos selváticos

Al otro lado de una galería abierta

Horno que parece sacado de una película de Indiana Jones

2. Las Hoces del Esva, también en el Consejo de Tineo, es un bonito desfiladero que el río se ha encargado de tallar en la roca para proseguir su camino hacia el mar. Aprovechando antiguos caminos que posibilitaban el acceso a las presas y pequeñas centrales eléctricas. hoy abandonadas,  instaladas en su cauce, se han construido una serie de escaleras y pasarelas de madera que nos permiten recorrer este espacio, en un continuo subibaja que nos aleja y acerca al río en multitud de ocasiones y nos posibilita verlo tanto desde su orilla como desde las alturas.

Bajando hacia el río

El bordes del río llenos de helecho real, con los que se elabora el conocido como vino de antojil, afamado remedio para problemas óseos

Reflejos en el río Esva

Cerca de la orilla del río

Escaleras y pasarelas de madera en gran parte del recorrido

Un paso con cuerda

El camino sube y baja salvando las estrecheces del río

La parte más abrupta de las pasarelas del Esva

3. Un camino ancho de bajada desde el pueblo de El Faedal (seguimos en el Consejo de Tineo), perdido en un dédalo de carreteras terciarias, nos conduce hasta la Cascada de la Regueirina, en un rincón donde las aguas se conducían por una acequia para mover los mecanismos de batanes y molinos harineros instalados en su cauce, instalaciones hoy desaparecidas, salvo una, cuyas ruinas languidecen junto al río soñando tiempo mejores.
Llegados a la cascada, aunque las indicaciones del sendero son para hacerlo circular, es mejor, más corto, más bonito y con muchísima más sombra hacer el camino de vuelta por el mismo sitio.

Un ancho camino de bajada

entre añosos castaños

nos lleva

a la Cascada de la Regueirina

Bosque de ribera

Una subida más

Araña cangrejo

Oenothera glazioviana - Onagra, hierba del asno


10 de julio: Pico Cornón y La Pornacal

¡ Y no tenían fabes! Con intención de comernos una fabada al mediodía -en las cenas mejor no- nos propusimos emprender la subida al Pico Cornón desde el Pto. de Somiedo, para estar al mediodía de vuelta, comer y después visitar la Braña de la Pornacal en Villar de Vildas. 
Emprendimos el camino entre praderías donde los lugareños recogían la hierba para el invierno y así, poco a poco, ir subiendo hasta alcanzar un mirador donde las fuerzas y el tiempo faltaban, así que primero con Tere y después solo, emprendí la acelerada subida al pico y la mucho más acelerada bajada hasta el pueblo -8 kilómetros desde el pico en hora y cuarto- para llegar puntual a comer y hoy ¡no tenían fabes!
Pero a falta de pan, buenas son tortas. Comimos y bien, bebimos y bien y nos dispusimos a coger el coche y llegar al pueblecito de Villar de Vildas, perdido al fondo del Valle de Pigüeña, por una carreterilla estrecha y llena de curvas que a más de una puso nerviosa.
Desde el pueblo, tres kilómetros de subida a pie por un ancho camino hasta llegar a este poblado de pastores que se mantiene en muy buen estado. Lástima que no hubiera ninguna braña abierta para poder verlas por dentro.

Reutilizar

Camino entre praderías

Amapolas

Viola saxatillis - Pensamiento

Pensábamos que era el Cornón pero era Peña Penouta

Panorámica desde el Alto de Prefustes

El Cornón al fondo 

Cada vez más cerca

En el vértice del Cornón (2.194 m)

Turberas a los pies del Cornón

Vistas hacia el este con Peña Penouta al fondo

Sta. María del Puerto

La Peral, la del famoso queso azul del mismo nombre

Valle del Pigüeña

La Pornacal

Violeta cornuda

Dianthus hyssopifolius - Clavel montés

Malva moschata

Río Pigüeña

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