Fuengirola
En las calles, en las aceras, en las grietas del asfalto de una carretera, en un muro o en los bordes de caminos y campos agrícolas podemos encontrar a esta hierba de hojas finas y grisáceas llegada de la América Tropical.
Su facilidad de reproducción y su perfecta adaptación a la sequía y a los ambientes inhóspitos hacen de esta planta una auténtica superviviente, incluso capaz de aguantar las idas y venidas de los jardineros municipales.
El rabo de gato florece desde a finales de verano y durante todo el otoño, aunque más que en sus flores, el atractivo reside en las llamativas bolas peludas que forman sus vilanos.
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