lunes, 8 de noviembre de 2021

Pinus canariensis

                                                                     Montes de Cortes

Nada parece que tienen que ver estos pinos altos y rectos con los que vi en La Palma no hace mucho tiempo, árboles viejos, muy ramificados, retorcidos y con los troncos ennegrecidos de incendios pasados, pero estamos hablando de la misma especie, allí endémica, aquí traída y sembrada como especie forestal dada su adaptación a climas cálidos y secos y su extraordinaria capacidad de rebrotar tras el paso del fuego.
Para distinguirlo de otros pinos nada más fácil que fijarse en sus acículas, largas y finas y agrupadas de tres en tres, lo que le da a sus ramas un aspecto alicaído, etéreo, como de tener plumas en vez de hojas.
En Málaga lo podemos encontrar en diversas sierras, preferentemente con suelos ácidos, producto de las políticas forestales del siglo pasado menos estrictas a la hora de sembrar especies foráneas, aunque la verdad, está está perfectamente adaptada y no supone ningún problema para la vegetación autóctona.


 

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