miércoles, 17 de noviembre de 2021

Quercus canariensis

                                                                                   Gaucín

Como todos, también los botánicos se equivocan, y en este caso asignaron el epíteto canariensis a un árbol que no existe en Canarias, posiblemente por una confusión con los pliegos de herbario. Lo que no entiendo es que este error perdure en el tiempo y se siga manteniendo el nombre por las llamadas reglas de nomenclatura. 
El quejigo andaluz se extiende por el sur de la Península y las montañas del Magreb. Es un árbol espectacular, inmenso y venerable en su vejez, habitante de las zonas más húmedas y templadas del bosque mediterráneo, en suelos carentes de cal, cubierto de musgo y helechos que encuentran en él casa y fonda.
Este roble, como otros, produce una madera de excelente calidad, utilizada para el carboneo, la elaboración de muebles, para duelas de toneles y en otros muchos usos. Y bellotas, que en otoño caen y suponen un buen aporte de calorías para la fauna salvaje y la doméstica, la de la pata negra.
Por cierto, quercus, el nombre del género, proviene del celta y significa "árbol hermoso" y verdaderamente lo es.

                                                                            La Sauceda

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