Sª Blanca
Aunque es durante el mes de mayo cuando lo podemos ver cubierto de pequeños racimos de diminutas flores blanquecinas, será a finales del otoño cuando sus frutos negros, las acebuchinas, lo harán si cabe más atractivo, no a la vista, que también, sino sobre todo al paladar de los numerosos animalillos, principalmente pájaros, que encuentran en él la despensa perfecta para afrontar las largas noches de invierno.
Pero también a los humanos, que hemos descubierto en sus hojas un eficaz remedio contra la hipertensión y especialmente, contra los daños que puede ocasionar en la retina, y en su aceite, un producto exquisito para paladares cada vez más refinados y pretenciosos.
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