Smyrnium olusatrum

          Sª del Camorro - Cuevas de San Marcos

Al pasar junto a ella, le damos de lado, no apreciamos sus umbelas de flores amarillas, su porte y su verde intenso. Incluso, a veces, la pisamos en nuestro caminar bajo las umbrías frescas de los tajos sin saber que estamos ante una planta que en siglos pasados, y desde los romanos, ocupaba un lugar destacado en las cocinas de buena parte de Europa, de la humilde choza al altivo palacio.

El apio caballar es una hierba bianual que en el primer año echará un manojo de hojas verdes y tiernas para florecer en su segundo año de vida allá por las postrimerías del invierno. En ese momento presentará tallos más robustos, de hasta medio metro de altura, coronados por manojillos de aromáticas florecillas.

Aunque hoy en día su uso culinario está olvidado, todo en esta planta es comestible, desde sus hojas y flores, que se pueden consumir crudas o hervidas, hasta sus raíces y sus negras semillas, con las que se puede elaborar una sabrosa pimienta exenta del picor de la original.

Y así, conocida su historia y sus virtudes, incluso como planta diurética, tal vez la miremos con otros ojos la próxima vez que la encontremos en nuestro deambular por las montañas.