Guipúzkoa
Álava
Vizcaya
NIRE AITAREN ETXEA Gabriel Aresti , 1963 Nire aitaren etxea defendituko dut. Otsoen kontra, sikatearen kontra, lukurreiaren kontra, justiziaren kontra, defenditu eginen dut nire aitaren etxea. Galduko ditut aziendak, soloak, pinudiak; galduko ditut korrituak, errenteak, interesak, baina nire aitaren etxea defendituko dut. Harmak kenduko dizkidate, eta eskuarekin defendituko dut nire aitaren etxea; eskuak ebakiko dizkidate, eta besoarekin defendituko dut nire aitaren etxea; besorik gabe, sorbaldik gabe, bularrik gabe utziko naute, eta arimarekin defendituko dut nire aitaren etxea. Ni hilen naiz, nire arima galduko da, nire askazia galduko da, baina nire aitaren etxeak iraunen du zutik. | LA CASA DE MI PADRE Gabriel Aresti , 1963 Defenderé la casa de mi padre. Contra los lobos, contra la sequía, contra la usura, contra la justicia, defenderé la casa de mi padre. Perderé los ganados, los huertos, los pinares; perderé los intereses, las rentas, los dividendos, pero defenderé la casa de mi padre. Me quitarán las armas y con las manos defenderé la casa de mi padre; me cortarán las manos y con los brazos defenderé la casa de mi padre; me dejarán sin brazos, sin hombros y sin pechos, y con el alma defenderé la casa de mi padre. Me moriré, se perderá mi alma, se perderá mi prole, pero la casa de mi padre seguirá en pie. |
Hayedo próximo al Monasterio de Arantzazu
Lilium martagon - Azucena silvestre
Por las praderas de Urbia
Ovejas latxas, las del sabroso queso Idiazábal
Una parada en las laderas de Aitxuri, el pico más alto del País Vasco
La línea de cumbres: Aketegi, Aitxuri, Iraule y Arbelaitz
Ermita del Sto. Cristo em el pico Aitzkorri
Dolina bajo el Aitzkorri
Linaria
Hayedo en la Cuesta del Calvario
Ermita y túnel de San Adrián
Praderas a los pies de la sierra del Aitzkorri
Un pequeño caserío entre el verde y los grises
Desde las alturas disfrutando de un rato de descanso y de las vistas a las praderas de Urbia
Bajando por el hayedo
San Juan de Gaztelugatxe
Peñas junto a S. Juan de Gaztelugatxe
Puerto de Bermeo
Esperando el regreso cada día de aquellos que volvieron y de los que nunca volverán
VERS L’ENNUI
Entonces era el mundo. Qué grande parecía.
En el límite mismo del verano, qué dulce
el tiempo que se abría, la luz indeclinable.
Entre el pinar y el río se extendían los huertos:
los pequeños retazos de maizales y habares
brillaban agolpados bajo el sol de junio.
Inventar cada día las cosas, empaparse
del sol, buscar los nombres del grillo y de la arena,
del hinojo fragante, del cangrejo, del cuarzo.
Y el regreso: la tarde nos devolvía al sueño
por estradas de polvo y escoria triturada,
dóciles a las voces cercanas al cansancio.
Pero yo te sentía. Tú venías conmigo,
ángel del tedio, hermano, arrojando tu sombra
sobre las zarzamoras, tu sombra abominable.
Entonces era el mundo. Qué grande parecía.
En el límite mismo del verano, qué dulce
el tiempo que se abría, la luz indeclinable.
Entre el pinar y el río se extendían los huertos:
los pequeños retazos de maizales y habares
brillaban agolpados bajo el sol de junio.
Inventar cada día las cosas, empaparse
del sol, buscar los nombres del grillo y de la arena,
del hinojo fragante, del cangrejo, del cuarzo.
Y el regreso: la tarde nos devolvía al sueño
por estradas de polvo y escoria triturada,
dóciles a las voces cercanas al cansancio.
Pero yo te sentía. Tú venías conmigo,
ángel del tedio, hermano, arrojando tu sombra
sobre las zarzamoras, tu sombra abominable.
Castillo de Butrón en Gatika
Playa de Barrika
Perro de flores, junto al Guggenheim
Exterior del Museo Guggenheim de Bilbao
Otra vista del Guggenheim con el Puente de la Salve detrás
Ayuntamiento de Bilbao, junto a la ría
Mariposa
Azules y verdes en el Urederra
El agua se despeña en pequeñas cascadas
Reflejos
Junto a un remanso del río
Había llovido, y el agua no tenía el intenso azul de otras veces
Nacedero del Urederra
Sierra de Aralar: Balcón de Pilatos
La Leze
Quejigal
Pico Olano
Valle ciego en la cara norte del Pico Olano: Hoya de la Leze
El agua busca la salida por este inmenso agujero en la cara sur del paredón calizo
Ermita de la Antigua en Zumárraga
Por el Hayedo de Otzarreta
Hayedo de Otzarreta
Entre la luna del cielo
y la luna del agua
hay un camino de espejos.
Los muertos pasan despacio
sobre el cristal de los sueños.
Entre una luna y la otra
caminos de doble filo.
Los muertos suben y bajan
multiplicando el reflejo.
Bosque de secuoyas
Este bosque, junto a Otzarreta, es incluso más impresionante que el propio hayedo
Ganado pastando en Arraba
Caballos de raza vasca... ¿por qué me recuerdan tanto a los caballos de los indios americanos de las viejas películas de vaqueros?
Llegando a la cruz del Gorbea
Festín de chovas
Praderas de Arraba bajo el pico Igalirrintza
Flysch del Deba
Mariposilla sobre flor
Entre Deba y Zumaia, entre el verde y el azul
Acantilados del Deba
Ayuntamiento de San Sebastián
Interior de la Basílica de Ntra. Sra. del Coro, en el casco viejo de San Sebastián
Playa de la Concha
HAIZE ORRAZIA
Euria ari du. Igeldo laino artean datza,
Ikusezin. Bihotz gogaituek goizaren grisa
Hurrupatzen dute, altzairuaren ausartziaz
Itzultzen diren uhinak
Irentsiz.
Euria ari du. Itsas usainak gatibatzen
Ditu herdoilaren mantaz estali beilariak,
Eguerdia gauerdi bihurtzen denean
Harri beltzak eta hagun zuriak
Xurgatuz.
Euria ari du. Zorion oldeak jazartzen dira
Gogoaren holtz arteketan, isil, hunkituak,
Denboraren joana neurtuz, odola bezala
Harrietan hedatzen doazen
Burdin isurietan behera.
Euria ari
du. Beti. Kaskoan Itoizen Espaloian aditzen dut.
Maitale egiten nauten eleak bilatzen ditut hiztegi
birtualetan.
Haize Orraziaren maldan azkenean munduaren mundu naiz.
Hango naiz eta hemengo aldi berean. Lotura eta
haustura.
Bakartasunak baimentzen duen elkartasun anonimoa naiz.
Ireki orduko sendatzen den zauria naiz. Beti. Euria
ari du.
ITXARO BORDA
ITXARO BORDA
PEINE DEL
VIENTO
Llueve. Igeldo está entre nubes.
Invisible. Los corazones hastiados sorben
El gris de la mañana, tragándose
Las olas que retornan
con la valentía del acero.
Llueve. El olor del mar cautiva
A los peregrinos tapados por el manto de la herrumbre,
Que absorben piedras negras y espumas blancas
Cuando el mediodía se convierte
En medianoche.
Llueve. Los deseos de felicidad se rebelan
Entre los tabiques de la voluntad, callados,
conmovidos,
Midiendo el paso del tiempo, como la sangre
En los flujos de hierro que se van extendiendo
Hacia abajo entre las piedras.
Llueve. Siempre. En los auriculares escucho Espaloian de
Itoiz.
Busco en diccionarios virtuales palabras que me
conviertan en amante.
En la cuesta del Peine del Viento al final soy mundo
del mundo.
Soy de allí y de aquí al mismo tiempo. Unión y
fractura.
Soy la solidaridad anónima que permite la soledad.
Soy la herida que recién abierta se cura. Siempre.
Llueve.
Untzillatx, Montes del Duranguesado, Parque Natural de Urkiola
Poco antes de coronar el Anboto
Bajando del Anboto por su cara sur, estilo arrastraculos
Dejando atrás las agrestes laderas del Anboto, la morada de la diosa Mari
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