En estos días de incertidumbre, de miedos, de distancias y ausencias mi corazón está herido de Italia, sintiendo vuestro dolor tanto como el nuestro.
I fiori riempiranno di nuovo le strade e i cuori. Coraggio e forza!
La Catedral de Florencia
La Catedral de Florencia, Basílica de Santa María del Fiore, es considerada una de las joyas del renacimiento italiano. Símbolo del poder y la prosperidad de la capital toscana, destaca sobre todo por su enorme cúpula, 55 metros de diámetro y 114 metros de altura, diseñada por Filippo Brunelleschi, aún hoy en día la más grande levantada sin ningún soporte interior.
A los constructores del gran Duomo de Florencia se les fue la mano en las dimensiones y al terminar fachadas, naves, bóvedas y demás partes del edificio no supieron como cerrar el enorme agujero que había quedado en el centro, el lugar de la cúpula. Y así permaneció por más de cincuenta años, sin terminarla y sin saber cómo hacerlo.
Tendría que llegar Brunelleschi, orfebre de profesión, para plantear un proyecto revolucionario que recibiría la aprobación de la Ópera del Duomo.
Las obras de su construcción duraron dieciséis años. Durante este período los florentinos apostaban sobre cuánto tardaría en caerse. A día de hoy, evidentemente, aún sigue en pie para asombro del mundo.
Al atardecer
Rosetón
La cúpula, entre el Campanile y la fachada principal
Interior del Baptisterio
Detalle de una de las puertas del Baptisterio, obra de Lorenzo Ghiberti
Campanile
La Cúpula de Brunelleschi
La Catedral o Duomo desde los Jardines de Boboli
Mármoles de tres colores formando dibujos geométricos, tan del gusto florentino de la época
El Duomo, fachada principal
Frescos del interior de la cúpula
Detalle de los mármoles de la fachada lateral
La Galleria degli Uffizi
Por mucho tiempo, este palacio albergó la valiosa colección de arte de la influyente familia Médicis. Fue la duquesa Ana María, estando Florencia bajo el dominio del Imperio Austrohúngaro, quien decidió donar las obras de este museo al pueblo florentino.
Crucifijo con ocho historias dela pasión - Maestro de la Croce
Maestà di Ognissanti - Giotto
Adoración de los Magos - Lorenzo Monaco
Retrato de los duques de Urbino - Piero della Francesca
Fortaleza. Templanza, Prudencia, Justicia, Fe, Caridad, Esperanza - Botticelli y Piero Pollaiolo
La primavera - Sandro Botticelli
El nacimiento de Venus - Sandro Botticelli
Palas y el Centauro - Sandro Botticelli
Liberación de Andrómeda - Piero di Cosimo
Sagrada Familia - Michelangelo Buonarrotti
La Madona del jilguero - Raffaello Sanzio
Caída de los ángeles rebeldes - Andrea Commodi
Retrato de Giovanni de Medici - Bronzino
Venus de Urbino - Tiziano
Retrato de hombre con mono - Annibale Carracci
Judith decapitando a Holofernes - Artemisia Gentileschi
Sacrificio de Isaac - Caravaggio
Cabeza de medusa - Caravaggio
Baco - Caravaggio
El David de Miguel Ángel
A este lo encerraron en la Galería de la Academia, no sé si como medida de protección ante vándalos o el clima o como medida recaudatoria. Su copia aguanta estoica las comparaciones al paso del turista por la Piazza de la Signoria, al pie del Palazzo Vecchio.
Con 26 años, Miguel Ángel decide enfrentarse a un enorme bloque de mármol de Carrara de más de cinco metros de altura, bloque apodado "El Gigante" y que ya había sido abandonado por otros escultores de la época no sin dejarle algunos daños.
Fiel a su agrio carácter, trabajó durante cuatro años en la que sería su obra cumbre, solo, aislado de miradas y comentarios de curiosos por un enorme muro de ladrillos.
En 1504, el secreto se desvela y la admiración se extiende por la ciudad de Florencia: la escultura de un David joven, desnudo, en tensión, preparado para lanzar esa piedra que sostiene en la mano contra Goliat, la República de Florencia contra los Médicis, expulsados de la ciudad, mirada desafiante hacia el Ponte Vecchio, hacia el Sur, hacia Roma, donde buscan refugio y protección.
El David es una obra hecha para apreciarla desde distintos puntos de vista, al contrario que las esculturas de la Edad Media, hechas solo para contemplarlas de frente.
Y para fijarse en los detalles: músculos, uñas, venas, genitales, su cuello en tensión...
Jardines de Boboli y Palazzo Pitti
En el siglo XIX, el palacio fue usado como base militar por Napoleón I y luego sirvió como residencia oficial de los Reyes de Italia durante el corto período en el que Florencia fue la capital de la Italia unificada. En 1919, Victor Manuel III donó el palacio al pueblo italiano.
Una de las estancias de este imponente palacio
Mesa con mármoles y piedras de diversos colores
Frescos en el techo
Techos y paredes repletas de cuadros
Ritratto del nano Morgante - Bronzino
Si no es por la diferencia de edad, diría que todos son gemelos
Parece decir: ¡Sacadme de esta urna de cristal donde me han metido!
La Maremma Toscana - Giovanni Fattori
La pequeña automovilista de ojos azules
Paessagio Toscano - Alfredo Müller
Junto al Palacio Pitti y formando parte de él, se encuentran los Jardines de Boboli.Si de algo escasea Florencia es de parques y zonas verdes. Estos jardines, de pago, suponen un pulmón para esta ciudad.
Los jardines, como el palacio, han sufrido diversas vicisitudes a lo largo de la historia, y son muchos los arquitectos y escultores los que han intervenido en los distintos espacios, creando o modificando zonas al gusto de cada uno de los “inquilinos” del palacio.
Hoy en día, aparte de cómo atractivo turístico y lugar para disfrutar entre árboles, flores, fuentes y estatuas, es un lugar donde se celebran actividades culturales de diversa índole.
L'Isolotto
La Avenida de los cipreses
Jardines en pendiente con el Palacio Pitti al fondo
Garza real en la Fuente de Neptuno
Anémones rojas
Anémones blancas
Lirios
Lagartija sobre una roca
Petirrojo
Interior de la Grotta Grande
Entrada a la Grotta Grande
Otros lugares interesantes de la ciudad
San Jorge, en la fachada de Orsanmichele
Interior de la Iglesia de Orsanmichele
Iglesia de la Santa Croce
Frescos en la bóveda
Sepulcro de Miguel Ángel
Tumba de Galileo
Torre del Palazzo Vecchio, sede del Ayuntamiento
Interior del Palazzo Vecchio
Palazzo Medici-Ricardi
Bóveda de la Iglesia de San Lorenzo, antigua catedral
Cappella dei Principi
Tumba Medicea
Iglesia de Sta. María de Novella
Callejeando Florencia
Florencia: el Arno aguas arriba del Ponte Vecchio
El Ponte Vecchio, con sus tiendas de joyería
La réplica que mira a Roma delante del Palazzo Vecchio, en la Plaza de la Signoria
Música callejera junto a la iglesia de Sta. María Novella
El Ponte Vecchio de noche
Perspectiva
Piazza della Santissima Annunziata
Las señales de dirección prohibida siempre tenían algo
Cosme I y su eterna paloma
Demasiado mármol para Neptuno
Ponte Vecchio
Enfrentados
En el mercado
Quesos italianos
Piazza de la Signoria
El Cinghiale de la buona fortuna - Il Porcellino
Arde Florencia
Discordancia
¡Cómeme!
Colores
Tíovivo
El tiempo se detuvo
Pisa, más allá de su Torre Inclinada
Pisa, ciudad natal del físico y astrónomo Galileo Galilei, se asienta en las orillas del Arno cuando este se acerca a su desembocadura.
Fue República Marítima independiente durante la Edad Media, pero después pasaría a estar dominada por Florencia bajo los Médicis.
Conocida sobre todo por su Torre Inclinada, el Campanile de la Catedral, posee muchos más lugares dignos de ser visitados: el Duomo, el Baptisterio, el Campo Santo, todos en la amurallada Piazza dei Miracoli, su universidad, de las más antiguas del mundo, la Piazza dei Cavalieri o su desconocido Orto Botánico.
Tuttomondo - Mural de Keith Haring
Pisa, a orillas del Arno
La torre empezó a inclinarse a partir de la construcción del tercer piso
En estos últimos años se han llevado a cabo obras para asegurarla, de tal manera que se piensa que ha quedado estabilizada por un período de al menos 200 años.
El Baptisterio
Casetones en el techo de la Catedral
Interior de la Catedral
Fachada románica del Duomo o Catedral
Frescos en el Campo Santo
inspirados en la obra de Petrarca
Capiteles románicos
El Duomo y la Torre Inclinada
El Baptisterio inclinado en la Piazza dei Miracoli
Orto Botánico
donde destacan ejemplares de árboles inmensos y viejos
Piazza dei Cavalieri
Chiesa de Santa María della Espina, donde se guarda, supuestamente, una espina de la corona de Jesucristo.
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