Crithmum maritimum

                                           Faro de Calaburras

Huele a mar y vinagre y sabe a boda. Recuerdos que me trae el hinojo marino.

Agarrado a las rocas, al poco de tierra que en sus fisuras se acumula, soportando el aire salino, mirando el vaivén continuo de olas y mareas, siempre verde, humilde y discreto hasta en el color de sus flores.

Esta planta, propia de terrenos costeros, ha sido consumida desde muy antiguo. Ya griegos y romanos sentían aprecio por ella y durante las grandes expediciones marítimas, se utilizó como alimento antiescorbútico. En nuestro país no es muy frecuente su consumo, salvo en Baleares, donde se elabora con ella un encurtido muy apreciado y donde su recolección está limitada al estar protegida.