Cuevas de S. Marcos
En el mundo de las orquídeas silvestres, a veces, la belleza se esconde en lo pequeño. en esa diminuta flor de extrañas formas. Otras, como en el caso de la orquídea gigante, lo bello alcanza dimensiones enormes: hasta un metro de tallo floral, decenas de flores rosadas con manchas blancas o blancas con manchas rosadas o verdosas, apretadas, arracimadas buscando un cielo que encuentran en los ojos de quien las mira.
Florece desde finales de enero hasta marzo en pastizales, herbazales, taludes de caminos y claros de bosques e incluso a la sombra de los árboles, buscando siempre sitios frescos y algo húmedos.
Como en el caso de la mayoría de las orquídeas silvestres, la polinización la realizan abejas y abejorros y sus pequeñas semillas son esparcidas por el viento.
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