La adelfilla o torvisco macho, como también se la conoce, es una planta muy particular por varias razones:
La primera, su escasez. Aunque en los pinsapares de la Sª de las Nieves no es raro encontrarla, es muy escasa en el resto de Andalucía y, en general, en la mitad sur de la Península. Busca lugares umbríos y frescos bajo la foresta, por encima de los 1.200 metros y preferentemente en suelos calizos. Florece a partir del mes de enero y podemos encontrar plantas con flor y frutos a la vez.
Una segunda es la particularidad de poder presentar flores hermafroditas y flores solo femeninas en el mismo pie.
Y una tercera, y última, es la presencia entre sus componentes de cantidades estimables de cumarina, un compuesto con propiedades anticoagulantes y anticancerígenas utilizado en la medicina actual, pero también un potente tóxico capaz de destruir el hígado.
Un derivado de la cumarina es el que se utiliza como principio activo en el Sintrom, conocido fármaco para problemas cardiovasculares. Otro derivado muy similar se utiliza como rodenticida para acabar con plagas de ratas y ratones. Vida y muerte.
Y lo más curioso de la cumarina es también su uso en repostería (el haba tonka), a pesar de estar prohibida su comercialización en muchos países, pues aporta un aroma delicioso mezcla de vainilla, regaliz y clavo, en cosmética (perfumes de Chanel) o como colorante.
¡Y cuidado con la canela china y la cantidad que de ella tomamos! Contiene también cantidades estimables de cumarina, cosa que no ocurre con la verdadera canela (Cinnamomun zeylanicum), la canela de Ceilán, cuyo contenido en esta sustancia es muchísimo menor.
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