lunes, 26 de julio de 2021

Hypericum caprifolium

                                         Río Patamalara

El hipericon gusta de tener los pies en remojo. Habitante de las comunidades higrófilas, su hábitat está en rezumaderos y arroyos de montaña de las sierras calizas del este y sur de la Península, siendo una planta exclusiva de esta zona. Lo podemos ver en flor desde finales de primavera y durante todo el verano.

Al igual que otras especies de hipéricos, su consumo tiene efectos sobre el sistema nervioso y el circulatorio, actuando sobre la presión arterial y el latido cardíaco.

El origen del nombre del género lo encontramos en el griego hyper -sobre- y eikon -imagen-, que está por encima de todo lo imaginable, por el montón de virtudes medicinales que la planta posee, conocidas desde la Antigüedad. El epíteto caprifolium deriva del parecido de sus hojas a las de las madreselvas - caprifoliáceas-, hojas connatas, unidas entre sí de tal manera que parece que el tallo las perfora.

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