Esta pequeña plantita anual de ciclo bastante corto aún no es muy común verla por nuestros campos y caminos.
Originaria de América ha saltado el gran charco atlántico como planta ornamental y ya se encuentra asilvestrada en muchas partes de la Península y otros lugares del Viejo Mundo.
Florece desde la primavera hasta finales del verano. Sus flores rosas se transforman en unas cápsulas que se van secando y al abrirse dispersan multitud de pequeñas semillas casi microscópicas que facilitan el éxito reproductivo de esta bella invasora.
La yerba del golpe, conocida así en muchos países de la América Latina, tiene un uso medicinal, y como su nombre indica, se utiliza en cataplasmas para contusiones y moratones, haciendo desaparecer estos con bastante efectividad, por lo que se la conoce también como chupasangre. Además tiene también efectos desinfectantes y cicatrizantes.
¿Será esta otra de las muchas plantas que han venido para quedarse?
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