viernes, 20 de agosto de 2021

Pancratium maritimum


                                                                      Dunas de Artola

Si paseando por la playa nos encontramos una cebolla lo más probable es que se trate de un bulbo de la azucena marítima arrancado de la arena por la fuerza del mar y arrastrado por las olas. Y es que le gusta vivir peligrosamente, tan cerca del mar que, a veces, sufre su furia y sus embates.
Y con el tiempo cálido y los día largos del verano, veremos sus grandes flores blancas surgiendo de la arena, a veces junto a sus acintadas hojas verdes; otras, con las hojas resecas, marrones y marchitas a sus pies.
Presente en todo el Mediterráneo y en algunos lugares de la costa atlántica, en la provincia de Málaga resulta una planta bastante común, lo que no puede darnos pie ni razones para arrancarla y llevarnos sus flores a casa. No está de más recordar también que su bulbo es tóxico y su ingesta puede provocar problemas graves.
Pancratium -toda la fuerza- y es cierto que hay que tenerla para aguantar, impertérrita y bella, el sol, la arena, los bañistas... en pleno verano si yo apenas soy capaz de estar unos segundos con los pies desnudos en la ardiente arena a las cinco de la tarde.

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