La Palma, la "Isla Bonita", y con razón, pues en sus escasos 700 kilómetros cuadrados alberga una variedad de paisajes que no dejarán de sorprenderte: desde volcanes que, aunque dormidos en la actualidad, no hace mucho dejaron correr sus lavas ladera abajo - el Teneguía, sin ir más lejos, entró en erupción en 1971-, hasta selvas que parecen sacadas de la película Parque Jurásico, pasando por barrancos que caen a plomo sobre el mar con colores sorprendentes y una flora única - cardones, tabaibas, bejeques o el imponente drago-, bosques de inmensos pinos canarios capaces de sobrevivir a los numerosos incendios que de manera periódica se producen, hasta llegar a la Caldera de Taburiente, restos de un cráter volcánico, origen de la isla, y formada no solo por la evolución del propio volcán sino también por el proceso erosivo de las aguas en su interior.
***El 19 de septiembre, el Volcán Cumbre Vieja ha entrado en erupción, abriendo varias bocas en su ladera oeste, muy cerca de núcleos habitados y zonas agrícolas que de forma imparable son engullidos por la colada de lava. La belleza y espectacularidad de un fenómeno natural como este no debe esconder el drama de muchas personas.
En el recuerdo, una foto hecha días antes de la erupción de la zona del Valle de Los Llanos de Aridane, la Cumbre Vieja y toda la ladera poblada de casitas y cultivos que llegan hasta el mar.
23 de agosto: Los Brecitos - Barranco de las Angustias, la Caldera de Taburiente desde su interior
Lo que vemos hoy cuando caminamos por el interior de la Caldera de Taburiente es el resultado de dos procesos geológicos, que podríamos decir que son antagónicos, y uno biológico. Por un lado, la formación del volcán y su propia evolución, con sucesivas coladas de lava que lo van ampliando, hundimientos y nuevas erupciones que lo van modelando y dándole forma; por otro lado, la erosión de las aguas fluviales que descienden por las empinadas laderas, casi 2.500 metros de desnivel desde el Roque de los Muchachos hasta el mar -6.500 metros si contamos hasta el fondo del océano-, un proceso de destrucción que da lugar a impresionantes barrancos donde la roca se hace vertical. Y por último, plantas, hongos, líquenes, animales... se lanzan a la conquista de ese espacio primigenio y allí evolucionan, se adaptan, desaparecen y aparecen otras nuevas hasta llegar a lo que hoy en día podemos disfrutar recorriendo, con los sentidos bien despiertos, los numerosos senderos que lo surcan, entre ellos el que se inicia en el Mirador de los Brecitos, a 1.074 metros de altitud, hasta llegar a la entrada del Parque Nacional, donde se ha habilitado un aparcamiento junto a las aguas del Barranco de las Angustias, a 275 metros sobre el nivel del mar.
Y un dato más: La Caldera de Taburiente es el cráter emergido más grande del mundo, 28 kilómetros de circunferencia y casi 9 de diámetro.
La verticalidad de las paredes sobre el Mirador de los Brecitos
Un muy buen sendero en el pinar salvando los distintos barrancos
Una mirada hacia atrás
Grandes, enormes pinos canarios con las heridas de incendios pasados
Se dejan entrever enormes agujas de roca entre los pinos
Roques de los Agujeritos
Barranco de Piedras Redondas
En una de las paradas por alguno de los muchos barrancos que cruzamos, Rubén, nuestro guía, nos contó cómo se había formado la Caldera y un poco del origen volcánico de las Islas Canarias.
Elena, una compañera de viaje, profesora de geología, nos explicó la Teoría de los Puntos Calientes, una de las más aceptadas en relación al origen de este archipiélago. Según esta teoría, en algunas zonas interiores de las placas se producen puntos de magma muy caliente que logran alcanzar la litosfera y salir al exterior formando una isla. Con el movimiento de las placas este punto se va desplazando dando lugar a nuevas islas de tal manera que las islas más antiguas van quedando cada vez más alejadas de ese hot spot, como se le conoce en inglés.
Si lees esto, gracias Elena, por esta y otras muchas "explicaciones geológicas" que nos diste a largo de las caminatas.
Desde el Mirador del Lomo de Tagasaste
Más
y más vistas del mismo lugar
Nuestra pequeñez
La vista se abre al llegar a la conocida como Playa de Taburiente
No hay mar ni arena fina, pero si agua y gente tomando el sol, bañándose o simplemente metiendo los pies.
El Roque del Huso
No sabes a qué pico hacerle fotos
Desde la "Playa" de Taburiente
Pinzón
Otra vista del Roque del Huso
La línea de picos, a cada cual más agreste
A la espera de turistas y caminantes
Vista atrás desde la Somada del Palo
El sendero y el Pico Bejenado
El Roque Idafe
Este roque tuvo una gran importancia para el pueblo benahoarita, los antiguos pobladores de la isla. Se piensa que era un lugar sagrado para ellos donde realizaban ofrendas a sus dioses. Los roques son el resultado de la erosión en un lugar donde existe una roca de consistencia dura rodeada de rocas más blandas. Estas van desapareciendo en un proceso erosivo de millones de años quedando la roca más resistente como una columna que se eleva vertical sobre lo que le rodea.
Barranco del Almendro Amargo
Por el Bco. Rivanceras o Limonero
La Cascada de Colores, hoy descolorida
En una poza del Bco. del Almendro Amargo
El Roque de Idafe asomando por encima del barranco
Una zona donde se ensancha antes de...
La Estrechura
Unos ratos por el cauce
y otros por senderos por encima de él
Toca de nuevo bajar junto al agua
Plagiochasma rupestre, un tipo de musgo hepática
y de nuevo subir
para volver a bajar
La Pedrera: un arco de piedra sobre el cauce
Espectaculares rocas jalonan el barranco
Lavas almohadilladas que, como nos explicó Elena, son señales de una colada submarina
Conglomerados volcánicos que hay que ir sorteando en el cauce
Llegando a la zona del aparcamiento y donde nos esperaba el microbús
24 de agosto: Sto. Domingo de Garafía - El Tablado por el Camino Real, la costa norte.
Las carreteras en esta isla dan para mucho. Si no vas conduciendo, como es el caso, puedes escuchar música, charlar con el compañero/a, leer, contemplar el paisaje o hacer fotos tras los cristales con mayor o menor suerte pero siempre con dificultad. A veces incluso te da para hacer varias cosas a la vez. Y es que las carreteras de esta isla dan para mucho. Sortear su quebrada orografía con barrancos y desniveles de infarto requieren de muchas, muchísimas curvas y bastante tiempo, incluso para dar alguna que otra cabezadita.
El rico plátano canario
La isla de La Palma es, tras Tenerife, la que mayor número de hectáreas tiene dedicadas al cultivo del plátano. La platanera, al contrario de lo que podríamos pensar, no es un árbol sino una hierba, eso sí, muy alta, como le ocurre a la variedad Gran Enana, la más cultivada en la isla y que de enana tiene poco pues mide el doble que las plataneras normales. En general los racimos se cogen verdes y en las cooperativas se hacen manos y se clasifican según unos criterios de calidad para posteriormente exportarlos a la Península, a Suiza y a Marruecos, lugares donde la demanda de plátano canario supera en mucho a la de la, insulsa en comparación, banana americana.
Pero no pensemos que este cultivo ha existido de siempre en las Canarias. Su origen está en Asia y fueron los portugueses los que lo trajeron a las islas allá por el siglo XV y los ingleses los que en el siglo XIX iniciaron su exportación.
La costa de Tijarafe desde el autobús
Curvas y más curvas de la carretera para sortear los múltiples barrancos que caen al mar
Iglesia de Sto. Domingo de Garafía, inicio de la ruta
Un primer barranco con su vegetación característica
El cardonal-tabaibal es la formación típica de las costas de la Palma, donde la aridez y la exposición al sol dan lugar a que las plantas que se instalan allí tengan adaptaciones para soportar estas condiciones: suculencia, ausencia o reducción de las hojas, recubrimiento céreo... Son muchas las especies vegetales que podemos encontrar en estos ecosistemas: bejeques, verodes, cardoncillos, cornicales... pero son los cardones y los distintos tipos de tabaibas, ambas de la familia de las euforbias, las que le han dado el nombre.
Son también estos barrancos costeros donde encontraremos a dos de los arboles más característicos y emblemáticos de la flora canaria: el drago y la palmera canaria.
Dragos junto al mar
El drago -Dracaena drago- es una especie endémica de la Macaronesia (Canarias, Madeira, Azores y Cabo Verde) y de Marruecos. Se caracteriza por su tronco grueso del que surge un penacho de hojas. Este tronco no se dividirá y dará lugar a distintas ramas hasta que florezca, lo que puede ocurrir cada quince años aproximadamente, por lo que para conocer la edad aproximada de los árboles nos debemos fijar en el número de divisiones que tienen las ramas. Su nombre proviene del griego drakaina y significa dragón, aludiendo al color rojo de su savia, sangre de dragón.
Por cierto, es en la costa del municipio de Garafía donde está la mayor concentración de dragos de todas las Islas Canarias. Además, los dragos de La Palma tienen la particularidad de que ramifican desde la parte baja del tronco, dándoles un aspecto bastante singular.
Bejeque
Cardones
La cámara se me va para los dragos
El sendero va bordeando toda la costa
Verode - Kleinia neriifolia
Otro bejeque
El sendero siempre con vistas al océano
En las zonas más umbrías de los barrancos se desarrolla el fayal-brezal
Helecho - Adiantum reniforme - Su nombre común, tostonera, proviene de la palabra tostón, antigua moneda colonial del s. XVI, por el parecido de sus hojas
Dragos a la llegada al pequeño pueblo de D. Pedro
Un nuevo tipo de bejeque
Los bejeques son plantas del género Aeonium muy características de las Islas Canarias, donde existen más de 40 especies distintas, muchas de ellas endemismos exclusivos de cada una de las islas. Son plantas adaptadas a condiciones de aridez que suelen tener como hábitat riscos y zonas pedregosas, incluso paredones completamente verticales donde no exista la competencia de otras plantas.
La palmera canaria, otro endemismo de las islas tan castigado en la Península por el picudo rojo
Damos vista al Barranco de Fagundo
Foto de grupo
Cardones,
verodes
tabaibas... mirando la inmensidad del océano
Bajando hacia el fondo del barranco
Un morro que se adentra en el mar
El sendero zigzaguea hasta alcanzar las casas de El Tablado
Los cardones pueden parecer cactus pero no lo son. La adaptación a condiciones similares puede llevar a que plantas muy diferentes terminen pareciéndose mucho, en un proceso evolutivo de convergencia que puede durar millones de años. Los cardones, como todas las euforbias, exudan una leche blanca al romper sus tallos, látex que en la mayoría de los casos es muy tóxico, cosa que no ocurre con los cactus. Otra de las diferencias es que las espinas, en las euforbias que las tienen, forman parte del tallo, mientras que en las cactáceas, las espinas no son más que hojas modificadas, una adaptación para evitar la pérdida de agua.
El contraste entre el azul de las aguas y el bermejo de la piedra
Un sendero tallado en las paredes volcánicas
En el fondo del barranco
El imponente Barranco de Fagundo
Lagarto tizón macho - Gallotia Galloti subsp. palmae
Mientras unos seguimos abajo otros ya andan encaramados en la parte de arriba
Cardón - Euphorbia canariensis
Los últimos y más duros tramos de subida
Cardones y bejeques sobre nuestras cabezas
Los acantilados hacia la Fajana de los Franceses
Drago -Dracena drago- en el Tablado, fin de la ruta
Y a vueltas con las diferencias, tabaiba amarga -euphorbia lamarckii- a la izquierda, tabaiba dulce -euphorbia balsamifera- a la derecha
25 de agosto: Ruta de los Volcanes desde el Refugio del Pilar, la espina dorsal de La Palma
Dentro del Parque Natural de Cumbre Vieja se localiza la que se ha dado en llamar "Ruta de los Volcanes" , un recorrido por toda una línea de cráteres volcánicos formados a lo largo de la historia, a veces muy reciente, que se inicia en el Refugio del Pilar, sobre los 1.500 metros de altitud y se acaba en el Faro de Fuencaliente, junto al mar, aunque nosotros no la hicimos completa, sino parte de ella, hasta el Área Recreativa de los Roques, y después nos trasladamos en microbús hasta los Canarios para visitar el volcán San Antonio.
El pinar en el Refugio del Pilar, inicio de la ruta
La Caldera desde la subida al Birigoyo
El mar de nubes acumulado por los vientos alisios cae por Cumbre Nueva hacia el oeste de la isla
Este aire, en principio seco, se humedece al atravesar el océano y al llegar a La Palma se ve obligado a elevarse por efecto de la orografía, lo que provoca su condensación y la formación del típico mar de nubes, sobre todo en verano, cuando estos vientos son más constantes.
Su existencia se conoce desde hace varios siglos y son los que posibilitaron la llegada de los barcos de Colón hasta las costas americanas.
El Teide sobresaliendo de un mar de nubes
La mirada del lagarto
Volcán Nambroque y el Hoyo Negro
Nambroque, Duraznero y Hoyo Negro forman parte de lo que se conoce como Volcán de San Juan, que entró en erupción por última vez en el año 1949. Esta erupción produjo un gran incendio que arrasó buena parte del pinar del centro de la isla.
El Volcán Duraznero y el mar de lava a sus pies
Sendero que crestea
para subir por las laderas del volcán
y contemplar su enorme cráter
Panorámica del volcán Duraznero
Otro de los cráteres abiertos en la erupción del Duraznero
Echando la vista atrás
En la cumbre del Volcán La Deseada, el punto más alto de Cumbre Vieja, a 1.949 metros sobre el nivel del mar
Volcán del Charco
Dando vistas a Los Bermejales y el Volcán Cabrito a la izquierda y el Volcán del Charco o de Los Lajones a la derecha
Una zona más llana
cubierta de arena volcánica
y donde van proliferando y conquistando el territorio los jóvenes pinos canarios
Panorámica del Volcán S. Martín, la Hoya de la Manteca y la Caldera del Búcaro
Volcán de S. Martín o de Tigalate
Una chimenea secundaria
Unos deciden subir y otros lo rodean
Cráter del Volcán San Martín
Hoya de la Manteca
Por la cresta
Panorámica desde el Volcán San Martín
Vistas hacia el Sur, con la Isla del Hierro al fondo
Un descenso vertiginoso
Al fondo asoma el final de la isla, el Faro de Fuencaliente
El verde de los pinos contrasta con el negro de las laderas cubiertas de lapilli
El lapilli o picón está formado por pequeños fragmentos de material volcánico de color negro y con un alto grado de porosidad, lo que le permite retener con facilidad la humedad tanto la de la lluvia como la propia del ambiente, por lo que es el material comúnmente utilizado en la agricultura de la isla. También este material y las arenas que origina son las responsables de que al terminar la caminata pareciera que hubiéramos estado deshollinando una chimenea.
Una nueva panorámica del Volcán Martín desde el este
La cima va quedando cada vez más arriba
y el número de pinos va en aumento
hasta que poco a poco se va convirtiendo en un bosque
a pesar de la aparente aridez del terreno
Líquenes en las ramas de los pinos del A.R. de los Roques
Volcán de San Antonio
La última erupción del Volcán San Antonio data del año 1677. La lava, en su camino hacia el mar se topo con la Fuente Santa, un manantial hidrotermal de aguas curativas que tenían gran predicamento entre los palmeros y cuya fama había traspasado los límites de la isla. Toneladas de material volcánico terminaron por sepultarla, alargando la isla 400 metros hacia el interior del océano y dejando a sus habitantes sin su más preciada fuente.
En 2005, Carlos Soler, ingeniero de caminos, canales y puertos, consiguió localizar y recuperar la fuente, excavando una galería de 196 metros que ha posibilitado de nuevo el acceso a estas aguas termales que, según los entendidos, son una de las mejores de España.
Los Canarios, por encima del cráter del volcán
Volcán Teneguía y Faro de Fuencaliente desde el Volcán S. Antonio
Volcán Teneguía
Otra imagen del Volcán San Antonio
***La actualidad nos deja atrás en pocos días:
¡¿Quién lo iba a decir hace poco menos de un mes?! Domingo, 19 de septiembre: el volcán Cumbre Vieja vuelve a abrirse en una nueva grieta en las laderas que bajan del Birigoyo con nueve bocas de las que emanan lava, gases y piroclastos, con coladas que avanzan hacia el mar en la zona de Las Manchas y el Paraíso, en el municipio de El Paso.
26 de agosto: Casa del Monte - Los Tilos por los Nacientes de Marcos y Cordero, el agua y el bosque de laurisilva
Fayal-brezal en la bajada hacia la Casa del Monte
El fayal-brezal junto con la laurisilva constituyen las dos formaciones vegetales que dan lugar en Canarias a lo que se conoce como Monteverde. Este se desarrolla a unas altitudes entre los 600 y los 1500 metros en aquellas laderas abiertas a los vientos alisios que, junto a la lluvia directa, le van a aportar la humedad necesaria a este tipo de vegetación selvática. Los suelos que se generan en el Monteverde son suelos profundos, ácidos, muy ricos en humus, resultado de la descomposición de una ingente cantidad de materia orgánica de origen vegetal: ramas, hojas, troncos caídos...
El fayal-brezal suele desarrollarse a una mayor altitud que la laurisilva, sirviendo de transición hacia los pinares de pino canario que ocupan las zonas más altas. En este ecosistema, más pobre en especies que la laurisilva, son dos las que destacan y le dan nombre; la faya -Morella faya- y el brezo -Erica arborea- que sorprende por el enorme tamaño que alcanza aquí ya que puede llegar a los quince metros.
Como curiosidad, la faya fuera de su hábitat natural, está considerada como una de las especies más invasoras del mundo.
Iniciando el recorrido por la acequia en la Casa del Monte
Vistas al Barranco del Agua
Por uno de los trece túneles, intentando esquivar el agua que se acumula en muchas zonas
La salida de uno de los túneles
Con la construcción de los túneles y con el fin de aprovechar al máximo estas aguas, se construyó una pequeña central hidroeléctrica cerca del actual Centro de Visitantes que ha estado aportando energía durante años a esta parte de la isla.
Las paredes del barranco en la zona de los nacientes
Otro intento de sortear el agua
Sabiendo de antemano la cantidad de agua que caía en el túnel nº 12 hubiéramos desistido de hacer malabarismos en los anteriores para evitarla
Nacientes de Marcos
Por el lecho seco del barranco
El sendero va pasando del fayal-brezal a la laurisilva
Bejeque
Los Tilos alberga una de los bosques de laurisilva mejor conservados de las Islas Canarias. Estos bosques húmedos destacan por su alta pluviometría, sobre todo la proveniente de la lluvia horizontal que le proporcionan las nieblas frecuentes que pueden estancarse durante días debido a los vientos alisios que provienen del océano y que son obligados a elevarse debido a la orografía de la isla.
Entre las plantas más destacadas de este tipo de bosques están el laurel o loro (Laurus novocanariensis), el aceviño (Ilex canariensis), el follao (Viburnum rigidum) o el viñátigo (Persea indica), pariente del aguacate, y multitud de especies de helechos y líquenes que pueblan los rincones más umbríos. Por cierto, no busquéis en los Tilos al tilo, el árbol de la tila, frecuente en la Península. Su nombre deriva de la abundancia de til -Ocotea foetens-, otra de las especies integrantes de este espectacular bosque.
El verde del bosque en un día con demasiado sol para la fotografía
La luz del sol se filtra entre los árboles
Píjara - Woodwardia radicans-, el mayor helecho que podemos encontrar en La Palma
Enormes helechos
jalonan el camino
y cubren cada rincón
Descubrir a cada paso
cuáles son los árboles
que nos rodean
y alguna que otra florecilla
Charlar relajadamente
o simplemente disfrutar del camino
con todos los sentidos
El interior de un drago en el mirador de S. Bartolo, cerca de Puntallana
27 de agosto: Pico de la Nieve - Ermita de la Virgen del Pino, la Caldera de Taburiente desde las alturas
Santa Cruz de la Palma y el cráter de La Caldereta desde el autobús
Comenzamos la caminata por un pinar a los pies del Pico de la Nieve
La luna nos acompaña
en estos primeros pasos
Un tronco como un gran tirachinas
Y nos asomamos al borde de la Caldera de Taburiente
con el Pico de la Nieve a nuestra derecha
y al fondo el Roque de los Muchachos, máxima altura de la isla con 2.426 metros
Caídas desde el Pico de la Cruz
Los telescopios del Roque de los Muchachos
El cielo de la Palma es muy especial. Y no hablo del cielo azul intenso de un día despejado ni del cubierto por un mar de nubes que al poco que subas a una de sus montañas podrás verlo desde el otro lado.
Me refiero al cielo nocturno, ese que ha posibilitado que se hayan instalado en los alrededores del Roque de los Muchachos una serie de observatorios astronómicos, de los más importantes y potentes del mundo.
Para preservar de la contaminación lumínica de este cielo único existe una ley en Canarias que obliga al cumplimiento de una serie de medidas en relación a la iluminación nocturna y el vuelo de aviones. No sé si en algún otro lugar de España existe alguna ley similar.
Y si nos interesa la astronomía, hay empresas con las que visitar alguno de estos telescopios o realizar alguna salida guiada por la noche a uno de los miradores que forman parte de la red de miradores astronómicos repartidos por toda la isla.
Posando al filo... o al menos lo parece
Momentos geológicos
Una pared
Momento foto
La Caldera hacia el Volcán Bejenado y la zona abierta por el Bco. de las Angustias
Tagoror en el Pico de la Sabina, con sus petroglifos grabados en la roca
Los petroglifos son manifestaciones culturales y/o religiosas de los antiguos pueblos que habitaban la isla. Estos grabados en piedra suelen estar en lugares especiales, en paredes o piedras de gran tamaño donde se han esculpido diversos dibujos, en general espirales o meandros con un simbolismo que se desconoce.
Las mejores representaciones las podemos encontrar en la Zarza y la Zarcita, en el norte de la isla, y en La Fajana, en el municipio de El Paso, aunque son muchos los lugares de la Palma donde ver alguna de estas "piedras grabadas".
Bajando del Pico de la Sabina
Un mirador de colores
sobre la Caldera
y otro más
La Portada y el Bejenado, un estratovolcán surgido tras la formación de la Caldera
Entre pinos por la cresta
La vista nos lleva al fondo de la Caldera, lugar que recorrimos el primer día
Aunque con nubes es un espectáculo, sin ellas puedes apreciar la inmensidad de la Caldera
En La Portada
el camino se cuelga
literalmente del acantilado
Nuestro amigo el cuervo en el refugio de la Punta de los Roques
Camino de bajada desde el refugio
Pico Bejenado
Picos de las Ovejas
La vista por el pinar nos lleva a Santa Cruz
Bajar con el océano de fondo
La humedad de las cortezas de los pinos en pleno mes de agosto
Poleo de monte - Bystropogon canariensis
El camino decididamente se dirige al oeste
y con el piso empedrado
entramos a la sombra del pinar
El pino canario es quizás el endemismo más representativo y abundante de las Islas Canarias, y tiene en La Palma su mejor expresión, cubriendo grandes extensiones en sus zonas media y alta, llegando incluso a las quebradas y paredones más verticales.
Es un árbol de rápido crecimiento y grande -puede alcanzar más de cuarenta metros-, de madera dura y de gran calidad. Tiene la particularidad de que sus acículas se agrupan de tres en tres, pero quizá lo más llamativo en él sea la resistencia que tiene al fuego. Su corteza con los años va formando una serie de capas que en caso de arder, lo protegen, pudiendo brotar de nuevo: una adaptación a los incendios que de manera natural por erupciones volcánicas o debidos al ser humano se producen de manera periódica en la isla. Por eso no es raro en nuestras caminatas encontrar frondosos ejemplares con el tronco completamente negro, calcinado, viejos ancianos de fuerte corazón.
En la bajada cerca de la ermita
un centenar de pinos espectaculares, quizás lo más grandes que hayamos visto en nuestro periplo por la isla
Y para rematar, aunque enfermo, el pino que da nombre a la ermita
Y aquí acabó la última, por ahora -prometo volver- ruta por esta isla que no dejará indiferente a nadie. Y por si os llega, gracias Rubén por tu amabilidad y a todos/as por vuestra compañía.
Los Cancajos - Sta. Cruz de la Palma
Los Cancajos es una zona turística perteneciente al municipio de Breña Baja. No tiene nada de especial salvo sus antiguas salinas y su molino pegado a su negra y acantilada costa, pero es un muy buen sitio para servir de base de estancia en la isla pues aúna oferta hotelera, servicios básicos y su cercanía a la capital y al aeropuerto de la isla. Y tiene hasta su pequeña playa de arena negra, un bien escaso en La Palma.
La recortada, volcánica y rocosa
costa de Los Cancajos
El azul de un mar embravecido
Iglesia Matriz de El Salvador
Plaza de España
Capital de la isla desde su fundación, allá por 1493, en ella se centran las instituciones más importantes, aunque la pujanza de los Llanos de Aridane, localidad del oeste de la isla, le ha quitado el simbólico puesto de municipio más poblado de La Palma.
Como curiosidad, decir que se asienta a los pies del cráter de un antiguo volcán conocido como La Caldereta y que fue la primera ciudad de España en tener un ayuntamiento elegido de forma democrática, allá por 1773.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.