miércoles, 29 de septiembre de 2021

Ceterach officinarum

                                                              Sª de Mijas

El color amarillento-dorado de sus frondes al secarse han dado nombre a este pequeño helecho perenne que fácilmente encontramos en muchas grietas de nuestras montañas calizas así como en muros de viejas casas y parcelas, siempre en zonas templadas, lejos del frío de las zonas altas.

La doradilla, habitante de la Europa central y mediterránea, brota de un pequeño rizoma que se extiende por la fisura, buscando protección y algo de humedad, allí donde ni el sol con sus rayos ni los animales con sus dientes puedan llegar. Y así, durante todo el año, lo podemos encontrar, más o menos verde, más o menos lozano.

Su uso como planta medicinal no está muy extendido, pero en algunos lugares se utiliza el cocimiento de sus hojas -con propiedad, frondes- para la tos, para facilitar la eliminación de orina y para controlar diarreas.

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