domingo, 12 de diciembre de 2021

Davallia canariensis

                                                                                Benarrabá

Su apellido nos lleva a las Islas Afortunadas, pero no solo allí crece este helecho epífito. Aparte de en las Canarias, también otras islas de la Macaronesia, Asturias, Galicia, el norte de Portugal y, más cerca de nosotros, Cádiz y Málaga, esconden en sus bosques a la carraguala.
Aunque puede crecer sobre rocas y diversos árboles, aquí lo veremos casi siempre agarrado con fuerza a los viejos alcornoques y a algún que otro quejigo. Allí, entre los huecos que deja el corcho, extiende sus rizomas rastreros para así sujetarse y extenderse por sus ramas, lejos del alcance de posibles depredadores.
El helecho pata de conejo -como también se le llama por el parecido de sus rizomas a las extremidades del animal- no soporta que haya mucha humedad ni el frío excesivo, por lo que busca siempre lugares templados donde reciba al día algunas horas de sol.
Por cierto, en Andalucía está protegido, y los corcheros tienen la obligación de respetarlo y no descorchar la parte del árbol donde este se encuentre.


                                                            Rizomas

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