lunes, 9 de mayo de 2022

Drosophyllum lusitanicum

                                        El Colmenar - Estación de Gaucín

Dentro del mundo singular de las plantas carnívoras, esta atrapamoscas es especialmente rara, diferente, una singularidad extraña y poco conocida - no son muchas las personas que saben de su presencia en la sierras del oeste de Málaga, en la zona del Estrecho de Gibraltar, algunos puntos de Cáceres y en el norte de Marruecos-.
Al contrario que la mayoría de este tipo de plantas que buscan terrenos húmedos, encharcados, saturados de agua donde desarrollarse, el drosophyllum crece en terrenos secos y soleados, muy escasos en nutrientes, en zonas quemadas por el fuego, bordes de caminos, carreteras o en los cortafuegos, donde la competencia es escasa. Allí desenrolla sus hojas cubiertas de glándulas pegajosas y azucaradas que atraen a los insectos y los dejan literalmente pegados. Unas enzimas que segrega irán deshaciendo a los incautos golosos, aportando así los nutrientes que del árido suelo de la herriza no puede sacar.
Y por si esto fuera poco, durante el mes de mayo nos sorprenderá con unas flores grandes, de un amarillo intenso, que no pasarán desapercibidas ni para nosotros ni para sus polinizadores, especies distintas a las de sus potenciales presas, para lo cual la flor emite aromas diferentes a los de las hojas.
Una planta única que en nada se parece a aquellas carnívoras devoradoras de hombres de los dibujos de nuestra infancia.



                                                        La Sauceda

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