jueves, 5 de mayo de 2022

Ornithogalum reverchonii

                                                     Montejaque

Como si quisiera huir de la mano del hombre o de los más probables dientes de cabras y ovejas, esta planta se encarama en los más escarpados tajos, en las grietas y oquedades, y allí deja crecer sus hojas acintadas que caen pared abajo y en primavera, su vara de flores blancas, enhiesta, buscando la luz que anhela a la sombra de altos paredones calizos.

Este ornithogalum es una planta particular, con una estenocoria bastante acusada ya que solo está presente en algunas zonas de la serranía de Ronda y sierras de Cádiz, y de forma muy puntual en la Sierra de las Villas en Jaén y en el norte de Marruecos.
Como curiosidad, las plantas de estos dos últimos lugares, en vez de vivir colgadas en los escarpes calizos, lo hacen en terrenos sin apenas pendiente, en la arcilla que queda entre las rocas. ¡Será que allí los rumiantes tendrán manjares más exquisitos que llevarse a la boca!

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