miércoles, 7 de junio de 2023

Phlomis crinita subsp. malacitana

                                           Sª de Alcaparaín

De esta planta velluda, de hojas gruesas que no levantan más de un palmo del suelo, existen dos subespecies, una que se distribuye por la región levantina y esta otra que nos ocupa, un endemismo del sur peninsular, presente desde Cádiz a Almería.

La oreja de burro es una planta serrana a la que le gustan las alturas, los terrenos calizos y vivir al sol entre rocas y pedregales. Adaptada tanto al frío como a la extrema insolación, solo cuando florece, a finales de primavera o principios del verano, se elevará desde el suelo y mostrará una vara colmada de flores de varios tonos que pueden ir del amarillo anaranjado al cobrizo y que se disponen en círculos formando distintos pisos a lo largo de este tallo floral.

Y esa textura mullida y esos pelillos blancos y sedosos que la protegen del frío y del sol son los mismos que la han llevado a ser usada, como ocurre con otras especies del mismo género, de mecha de lámpara o como sustituta del papel higiénico cuando las ganas aprietan en la montaña y no tienes nada mejor a mano. 

¡Qué fin más oscuro para esta luminosa flor! 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.