Sª Bermeja
Hasta el nombre lo tiene feo... cabezapollo. Y es que la planta no es muy atractiva en sí: una mata medio verde, medio seca, llena de espinas por todos lados y con una flor que no se sabe si está seca o es que ese es su color. A pesar de ello, es apreciada por las mariposas que ven en ella la fuente de néctar que escasea en el verano, y las cabras, si la encuentran, no le hacen ascos. Al acabar la floración, se secará, quedando su profunda raíz a la espera de las lluvias otoñales para volver a resurgir.
Esta planta, abundante en toda la provincia, se distribuye por el sur de Europa y el norte de África. La podemos encontrar en terrenos baldíos, bordes de caminos, pastizales secos de montaña, así como en el sotobosque mediterráneo.
Y es que para los feos también hay lugar en el mundo.
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