Sª de Mijas
El orégano, esa planta que asociamos indefectiblemente a los platos de pasta y a la pizza, que nos recuerda a Italia, es tan española como el ajo, tan andaluza como la pipirrana, tan malagueña como la porra, tanto, que la especie O. virens es exclusiva de la Península Ibérica, la Macaronesia (Canarias e Islas Atlánticas portuguesas) y el norte de Marruecos.
De porte pequeño y a menudo escondida entre el matorral y bajo los árboles, en zonas más bien umbrías y frescas, pasará normalmente desapercibida a nuestros ojos, salvo en verano, cuando sus cabezuelas de pequeñas florecillas blancas la hagan destacar.
Y son estas cabezuelas secas las que se utilizan en la cocina, aportando un intenso aroma a campo, a Mediterráneo, un aroma que penetra los sentidos, para nada parecido al del orégano comercial.
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