Sª de las Nieves
El mundo de los helechos no me había parecido nunca especialmente interesante. El no tener flores le hacia perder gran parte del atractivo. Los veía monótonos, monocromos y nunca me había dado por apreciar sus múltiples formas y colores, las adaptaciones a los más variados ecosistemas y a las condiciones climáticas más extremas o cambiantes.
Pero ahí están, siempre esperando el momento adecuado para mostrar sus verdes intensos y surgir, aparentemente de la nada, de la pura roca, como este helechillo pequeño, la falguerilla, que podemos encontrar en las fisuras de las calizas de la zona mediterránea, Oriente Próximo e Islas de Cabo Verde, allá donde un poco de sombra y tierra y un algo más de humedad le permitan vivir año tras año, discreto como luna nueva en noche cerrada.
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